lunes, 22 de diciembre de 2008

¡Pronto!

Después de una malévola ausencia por acá, pronto subiré las maravillosas y únicas Crónicas anacrónicas del niño Zombie y el Dr. Baquente.

Dichos escritos no son más que las aventuras que experimenté en estas semanas de ausencia.


Saludos.


D.

martes, 4 de noviembre de 2008

Carta a Misantropía

Querida Misantropía:
Comitán, noche de suspiros…

Los días en esta habitación tan peligrosa se van haciendo cada vez más inhóspitos, con agrestes y maleducados bichos que se alimentan de mi cuerpo dejándome ronchas que cobran formas deformes y que a veces aprenden a hablar el idioma de mis manos.

Los Nosferatus son adictos a la atropina y las Julietas venden su cuerpo por una dosis de opiorfina Montesca. Las esquinas están plagadas de telarañas que sirven de repisa para las mil cabezas decapitadas por la Reina de Corazones que ahora dormita (Con Pazuzu) en la página 129 de “El exorcista”.

Se escuchan los automóviles fantasmas que corren hacia su destino incierto, el latir de un corazón débil que se cree enfermo de vida y siempre busca la muerte al medio día, el golpe del viento en el cristal de la ventana cerrada (siempre cerrada para que no entren espectros ni niños sin sombra y melancolía).

¿Estarás en una habitación mejor que la mía, amorosa Misantropía?

Mis pulmones perforados por el cigarro ya no sirven para guardar vida, mis manos han olvidado acariciar piernas, mis labios no conocen otros labios, mis pies no buscan otros pies.

¿Habré perdido la capacidad de escuchar detrás de las cortinas?

¿Habré de sucumbir siempre a las lujurias onanistas vespertinas?

Desde que aprendí a tejer con saliva, ya no me queda tanto tiempo como antes. Estoy haciéndole un suéter a mi destino, para que no tenga frío, para ver si revive y camina de nuevo como lo hacen los vivos.

I can´t get no satisfaction, por lo menos en esta vida y en esta habitación del color de las sandías.

¡Qué lejos han quedado las Lou Salomes, las Mata Haris, los Zimmermans, los Lennons, Los Cristos!

Los sueños…

Tengo un par de moscas mensajeras, adorada Misantropía para enviarte estas palabras pronunciadas sin saliva.

Donde quiera que estés, espero que estés mejor que la última vez.
Te extraño, menos de lo inoportuno y más de lo innecesario.
espero escucharte en el cantar de las aves
en lo inverosímil de mi obituario.

Te extraño, Misantropía.

lunes, 13 de octubre de 2008

viernes, 10 de octubre de 2008

martes, 7 de octubre de 2008

Diestro y Siniestra


En los magníficos jardines de Atizapán donde los caniches pastan libres y desnudos como el viento.

Kathtrina


Quizá se estaba convirtiendo en uno de sus caracoles.

Jodorowsky


Rolling thunder reveu (Bob Dylan)


La Rolling Thunder Reveu fue una carabana orfeica y gitana comandada por Bob Dylan en el lejano año de 1975.

Algunos de los implicados:

Joan Baez
Roger McGuinn
Ramblin Jack Elliot
Kinky Friedman
Bob Neuwirth
T Bone Burnett
Mick Ronson
David Mansfield
Scarlet Rivera
Rob Stoner
Howie Wyeth
Allen Ginsberg


La ilustración la realicé a lápiz sobre un papel un tanto enmohecido.

D.

Porque algún día faltarán cuentos...


Porque algún día faltarán cuentos... es una compilación de cuentacuentos chiapanecos que se imprimió hace tiempo y se ha ido distribuyendo de forma underground en algunas artes del estado.

La compilación cuenta con 19 historias.
Cada una distinta y con una cosmogonía única y personal.


Chincho
Luis Daniel Pulido

Luna menguate
Luz Helena Horita Pérez

La noche de los incestos
Alejandro Aldana Sellschopp

Con una soledad que duele
Alejandro Mazariegos

Acústica del viento abandonado
Pedro Faro Navarro

El libro
Balam Rodrigo

Reencuentro
Dámaris Disner

La diosa de la avenida
Marco Antonio Martínez Espinosa

Botas tejanas
Nadia Villafuerte

Olor a ceniza
Saúl Gohé

Quince minutos
Diana Ivonne Martínez Tovilla

Cuando se ama a los setenta años
Aleks G. Camacho

Viejo entrópico y flexible brindis en una noche otoñal
Daniel Saborío

La venadita
Paola de Los Santos

Gervasio
Fabián Rivera

Talleres
Mario Alberto Bautista Villareal

Mateo
Renata Gómez

El recuerdo de Clara
Fernando Trejo

Rojo
Fabiola Gutiérrez


Si alguno gusta adquirir tan peculiar ejemplar sólo mánde un mensaje telepático virtual a mi correo electrónico. Ahi les daré más informes.


Abrazos.

D.

La dinámica de la penumbra

La dinámica de la penumbra es untar miedo a la piel y buscar el punto exacto en el cual la paranoia hace creer que no habrá una nueva madrugada.

En la penumbra de una cama vacía de caricias se hilvanan las pesadillas más altruistas en al arte del amor a la perversidad.

El silencio va calumniando a mis manos cuando le cantan a señas a la estúpida realidad.

Ni lunas, estrellas, musas, cometas…

Nadie duerme esta noche con aquél que un día soñó con ser poeta.

Sólo el dolor en mi mano izquierda, el cansancio de piernas, la sensación rara en el pecho que estalla la paranoia, las arañas del techo, los dibujos aún no terminados, los libros de hojas amarillentas, la guitarra sin lengua y el reloj con minutos en tregua.

Pareciera ser esto un lamento, pero es una orgía de minutos invertidos en sueños.

No quiero despertar y ver a alguien, no quiero dejar de sentir achaques, no quiero dormir después de las nueve ni levantarme con el sol.

Quiero hacer lo contrario de lo que hacen los viejos de mi generación.

En soledad he tenido la mejor sonrisa, el mejor aspecto, la mejor charla, la única lágrima sincera, el mejor cigarrillo, el amor verdadero.

La dinámica de la penumbra es sentir serpientes y fantasmas sobre la cama y hacer como que no pasa nada.

Escuchar espectros cotillas que duermen sobre la almohada rimando huesos con telarañas.

Estar despierto de madrugada y ver la lluvia fecundar al jardín bajo las piernas de la luna intoxicada.

La dinámica de la penumbra es decirlo todo sin saber nada.

lunes, 6 de octubre de 2008

Arctic Monkeys


Para mitigar el aburrimiento de los lunes me he puesto a realizar esta ilustración.


Abrazos.


D.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Chanon

"En nuestro amigo debemos tener nuestro peor enemigo" _Nietzsche

Mi acérrimo enemigo, mi eterno detractor, amigo íntimo y calavera en el rock n roll.

Al que sueña con las manos y despierta sus pasiones en un papel que se sabe desnudar frente a Él.

El único amigo ególatra que supera y logra en actos lo que su fanfarronería predica.

En lunes debut y despedida de la razón, liquidándola con alcohol de bisutería.

Cotillas de madrugada, rock n roll entre paredes pintadas, conciertos, desconciertos, requilias,
Pink Floyd y Beatles con marihuana.

En noches desiertas de silencio, en bares o pleitos por Belinda, 20 kilos ó tras las rejas después de una fiesta callejera... siempre estuvimos con los huesos al aire.

En la cumbre de la bribonería, la atorrancia y la materia innoble de la fanfarronería siempre tuvimos un lugar reservado con coctel de bienvenida.

Ahora, señor responsable, padre y esposo que colgó su traje de truhán detrás de sus botas de vago y calavera.

Ya estoy en edad de ver caer uno a uno a mis amigos en la extremaunción de la bohemia, rechazar la alcoholemia y resumir las aventuras en pandilla.

Pero aún nos queda nicotina por reventar y pasos por desperdiciar en el lomo de la noche.

lunes, 29 de septiembre de 2008

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Eidyllion


En esta ocasión presumo el autógrafo de Salaí Ereshkigal y Samael de la banda Eidyllion, la cuál es descrita por ellos mismos como Surrealista natura música. Tienen un amplio currículum en la escena metalera en México con proyecciones internacionales y participaciones artísticas en diferéntes medios de proyección espiritual.


Discografía:
Amorka
Gymnopaidía del Leteo
Nashgaa

EP
¡Viva Yo!



Implicados:
Salaí Ereshkigal:
Voz, compositora lírica y manager

Samael:
Sintetizadores, programaciones, compositor lírico/musical y diseñador gráfico

Astrid Marlen:
Bailarina, coreógrafa y performancer

Más información en su myspace...
























Utropía

(Una charla verdadera)



Argumento

Saborío caminando por los jardines de Maléndulas se encuentra a Oseida sentada sobre una roca escribiendo su nombre sobre la tierra con los pies desnudos. Ambos se saludan con una reverencia exagerada y danzarina y se sientan a lado de un arroyo para platicar.


Saborío
Vamos a aprender a vivir como los muertos.

Oseida
¿Dentro de los ataúdes?
¿Con el espíritu afuera de la tierra?

Saborío
Afuera, siempre afuera.

Oseida
Me sentiría más libre… como sin ropa.

(Oseida danza en círculos recorriendo sus manos por su cuerpo)

Saborío

Querida Oseida, la ropa nos servirá sólo para lo necesario. Para no caer en la lengua rapaz del vulgo enfermo de moralismo.

Oseida
¿Y si tengo frío?
¿Los muertos no lo sienten?
¡Siempre están helados!

Saborío

(Se levanta con pose de hidalgo y mirada de calavera)

Cuando tengas frío…
¡Yo te abrazaré!

Oseida
Con mi lengua cavaré un túnel bajo mi cama para poder escucharte y tenerte siempre.

Saborío
Seremos un par de amantes ocultos.

Oseida
Si algún día me preguntan:
“¿Con quién hablas?”
Fingiré demencia y te haré invisible.

Saborío
Si un día me preguntan:
“¿Hacia dónde te arrastras como gusano?”
Diré

(Acomoda su sombrero y levanta una mano al cielo)

“¡Voy en búsqueda de mi princesa!”

Oseida
Te veré con luz tenue y alguna vez sólo escucharé tu voz.

Saborío
Algún día llegaré desnudo, con el cuerpo pintado con todo aquello que tenga que recitarte.

Oseida
Mis manos descubrirán tu desnudez. Cavaré mi tumba con salida a la tuya. Seremos fantasmas… muertos que sólo escuchan su voz en la penumbra.
Suena tétrico pero emocionante.

(Los dos se ven con ternura)

Saborío
Te quitaré las ropas para escribir con saliva sobre tus piernas mil cuentos de genios y piratas.

Oseida
Te esperaré sólo con una blusa escondida en mis sábanas esperando ser sorprendida.
En tu ausencia dormiré deprimida hasta ese momento en que tu lengua fría me despierte acariciando mis mejillas.

Saborío
¡Mi lengua buscará bailar con la tuya!

Oseida
Sólo con olerte sabré que eres tú…

Saborío
Beberé del néctar que escurre por tus piernas.

Oseida
Beberás de mí hasta dejarme seca. Nos llamaremos con nombres ajenos.
Jitanjaforas de nombres.
Yo escribiré sobre ti y tú escribirás sobre mí.

Saborío
Infrátrónicos y Maléndulas.
Escribiré con miel en tu vientre.
Buscaré la rima de tus pies con tu desnudez.

(Oseida se rasca el pie izquierdo)

Saborío
¿Besaré ese pie algún día, señora mía?

(Silencio)

Oseida
¡Cuán bello es imaginarme en esa cama esperando esa aparición en el túnel!

Saborío
Un gusano que repta.

Oseida
Los muertos alojan gusanos.
Los enamorados no duermen porque se los comen los gusanos.
¡Devórame!

Saborío
Lameré tus besos en mi piel para poder respirar.

Oseida
Hazte pupa en mí.

Saborío
Me incubarás en tu muslo como incubaron a Baco.

(Oseida se levanta de un salto)

Oseida

¡No puedo más!
Mi imaginación revienta.
¡Quiero terminar el día con esto!
Me voy.
Te espero…
Dejo abierta mi ventana que da al balcón.

(Oseida corre perdiéndose en el jardín)

Saborío
¡Hasta ese momento!

(Saborío se colocó un sombrero repleto de ojos de recién nacido. Ese sombrero le enseñaba a llorar)

Saborío
Reptaré.
Hasta entonces… no te olvides de respirar.





Daniel Saborío y Oseida

martes, 23 de septiembre de 2008

Onanismo gráfico/efervescente

El hombre gusano que en el desierto se coronó mariposa.

Inspirado en el Sr. Ann

Coronando sus pies con el polvo del desierto va buscando un futuro incierto bajo la espiral de buitres que bendicen su largo camino… deseándole la mejor de las muertes.

Lleva en su mano un cayado de hueso y en su garganta el minutero perverso de la palabra en armonía con el viento.

Va encontrando una cofradía de balas perdidas que hacen poesía con su cuerpo.

Se desnudan ante la noche y dejan que sus lenguas de pólvora escupan saliva con la simetría de una tipografía.

El poeta deja que sus botas caminen por él.

Sonríe descarada y maleducadamente ante el cadáver de un pusilánime que no aguantó el viaje propuesto por su anfitrión vestido de desierto.

El cuero negro que cubría su cuerpo se volvió el refugio de una familia de buitres.

Silencio…

(Se detiene a beber absenta)

El hada drogata que le seguía de cerca, perdió la cordura y se entregó desnuda a los restos de lo que alguna vez fue un santo que pronosticaba el mal tiempo.

La tristeza no se va y la noche comienza a pintar estrellas que se maquillan el cuerpo y comienzan a reír en la oscuridad vertiendo láudano en el viento que salpica heridas en el desierto.

La infección del miedo acompaña al viajero mientras repite en su mente:

“Sólo soy un hombre solo acompañado”

Y le da un empujón a la perversa soledad vestida con las faldas de la nada.

(Rueda moribunda con una sonrisa estampada en la cara)

El miedo se vuelve canción que rima con la infección del l´amour polucionado por el simple hecho de erotizar al glamour del poeta, cantante y canalla.

Los gusanos habitan en las calaveras de los santos que encontraron su cielo en cada una de las espinas de los cactus que penetran las dunas del desierto.

La barba se le llena de tiempo y el tiempo se le agota a cada gota de saliva que escupe por la sed que le produce el ajenjo.

Los segundos mueren dejando su cuerpo desnudo para alimentar a las moscas.

Un disparo despierta a los fantasmas de las penumbras que viven en las raíces.

Una nueva bala reposa en el suelo aún roja y hermosa sonorizando su propia agonía.

Silencio…

(Los coyotes revientan su vientre buscando a su dueño)

El rock n roll comienza a manar diluido en las lágrimas del bardo vestido de hombre.

(Sus barbas crecen y se encanecen)

Se arrodilla bajo la ‘crinoline’ de las nubes ofreciendo su llanto a la luna en una orquesta de versos consonantes .

Arranca de su pecho un dije con el rostro de Panero y lo entierra a lado de su sombrero. Se desnuda y con saliva se pega arena al cuerpo.

“Es tiempo de olvidar los pies, y recordar las alas de un gusano coronado mariposa”.

Hace una reverencia al público conformado por las tarántulas y dice:

“Volaré hacia las estrellas”

Y se elevó al cielo con un par de alas de fuego.

El verano, se acabó con él.

sábado, 20 de septiembre de 2008

La transmutación de Palatina en rosas

Las gotas de la lluvia limpiaban el cuerpo impregnado de sangre de Palatina. Ella no paraba de recitar poemas amorosos a sus muertos y sus muertos no paraban de llorar vistiendo con tierra a sus huesos.

El fantasma errabundo del loco de la mancha cabalgaba con su flaco rocín buscando una última batalla para amoratar su cuerpo. Viajaba con la cabeza de su amado Amadis de Gaula.

Palatina devoraba palabras lamiéndose sus propios pechos, dibujando con saliva sanguinolenta pictogramas de monstruos milenarios que gobernaban el mundo antes de que pudiera ser mundo.

Los Romeos dejaban de ser Montescos y las Julietas cobraban sueños en las esquinas de la vieja Verona a cambio de labios que no sabían besar con veneno.

Los pies de la musa moribunda aún podían caminar sobre las ruinas de su vieja

Babilonia. Sus pies hacían poesía entre los gusanos y el fiambre de las putas que dormían pasivas sabiéndose muy muertas.

Encontró al cadáver de su padre y arrodillándose comenzó a gritar su nombre que era el nombre de los rayos. En sus manos se manifestaron los santos estigmas y la sangre sirvió para mitigar la sed del muerto.

Pero su padre no se levantó del suelo, prefirió su marcha al infierno que volver a ser parte del mundo terreno.

Palatina se quitó los cabellos y se costuró las heridas.
Se echó a la tierra y se arrastró como serpiente mudando de piel.

Palatina se convirtió en rosas y su poeta jamás volvió a inspirarse en ella… su olvidada esposa.

Esa musa ha catado el polen de una nueva imaginación.

Dejó de ser la musa del viejo de Albión.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Alegoría a Tú

En cada canto de sirena, en cada choque de espadas, suspiros de luna, asfixiados con el polvo de hadas para volar a tu ventana, en cada verso que tiré a la mar, en todas las cicatrices del frío garfio en mi pecho, en los segundos que no envejecen en una país aledaño al de las maravillas dónde las niñas siempre son princesas.

En cada aventura, siempre estuviste tú.

Tú, que con una mágica sonrisa iluminabas mi mundo de colores y que con tu dulce voz llenabas mi boca de sabores.

Sabores de pasión, magia e ilusión, que le daban un sentido a cada latido de mi borracho corazón, que remitía suspiros con aroma de sándalo en cada estación de tren, que en invierno, abofeteaba sin razón el timbre de tu nombre, nublando mi razón.

Razón cegada a voluntad, entregando el corazón latente de ti, por ti y para ti. Hambriento de tus emociones y sediento del néctar de tu cuerpo. Fantasías que no se encuentran en los jardines, pero se riegan con amor.

Amor, la canción perpetua de los poetas, el rito sagrado de dos ilusiones que convergen en un mismo castillo, que pierden la vida en la batalla de sus labios, que esculpen sus deseos con las manos abiertas, que moldean sus cuerpos con la lengua desnuda.

Desnuda frente al espejo palpando mi reflejo y soñando contigo, impulsando el deseo de tu cuerpo junto al mío, palpando, probando y saboreando tus amores asesinos.

Justo cuando muero descubro en mi cabecera a la luna sonriendo y debajo de mi… las estrellas que salieron de mi cuerpo.

Cuerpo que no encuentra cabida en las noches sin labia, a la almohada vacía, a las paredes rayadas con sonrisas y besos. Cuerpo que ofrendé al tuyo en más de un par de lunas llenas, que consagré al templo de tu inmaculada presencia, entregando mis ofrendas de siempre envueltas en caricias y en latidos de esos que nunca temen.


Daniel Saborío y Cristina Domínguez.

martes, 16 de septiembre de 2008

Richard Wright




Richard Wright quien fuera la vena latente de Pink Floyd ha dejado la existencia terrenal.

Este Lunes 15 de septiembre emprendió la aventura de dejar la tierra y un puñado de melodías hermosas para resucitarlo con un simple play y un par de oídos que lo sepan escuchar.

Bastaron 65 años de vida para devorarse la parte de mundo que le correspondía.


Ya habrá oportunidad de besarle la mano izquierda.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Vagina

(Historia de una monotonía)

Punto y aparte del acto nupcial que se ha vuelto el peor manual de sobrevivencia en el amor, el mal amante es una peste tan negra como preocupante.

A la diosa de la saliva que vive entre pilares de hueso con adornos de piel se le olvida recatar el zumo de su poesía para el perfecto mesías con la promesa de la caricia de miel.

Ansiosa de probar el cólico excitante que vuelve un carnaval de aullidos la habitación de dos amantes. Abre los pilares guardianes de su epicentro de mujer.

El mejor amante no ha sabido dar su mejor luto ante el orgasmo que se volvió difunto en menos de un minuto.

Mientras ella apenas comenzaba con la alegoría de suspiros el valiente compañero ya se retorcía en una maraña de gestos poniendo punto final al idílico encuentro.

Vagina bebe del semen sin sentir nada en especial después del tremendo follón de aquel varón analfabeta en el arte del amor.

Descansa húmeda y desnuda. Más insatisfecha que nunca viendo morir al miembro fulano que se despide del mundo palpitando y colmando su hombría con una triste polución vespertina.

No hay lenguas que abracen su cuerpo con pleitesía, dedos que bailen al compás de sus jadeos y labios que beban el río de sus delicias con absoluta sincronía.

No hay miembros que friccionen con soberbia la humedad de sus mejillas.

Sólo existe una palmada egoísta antes de comenzar con la melodía de ronquidos.

La pasión se vuelve una vez más el acto de rutina espectacular frente al telón de las sábanas y el sudor.

Duerme silenciosa con los dedos de su mano tratando de culminar lo que su pareja había comenzado antes de agonizar.

Vuelve a encontrar el placer bajo su propia piel...

una vez más.

martes, 9 de septiembre de 2008

Un tributo a Frank Miller



En la serie animada de Batman, le rindieron homenaje a Frank Miller y a su estupenda novela gráfica.

The dark knight returns.

¡Efervescente!

Calavera

(Segundo acto)


I


Los pies de Calavera habían aprendido a caminar sobre las arenas, sus manos caían a pedazos y su alma se mantenía unida a sus huesos costurada con el hilo que fabricó con el veneno de su venganza.

Su sombra murió en la noche de luna llena. Las arañas la envolvieron en seda dándole el sepulcro digno de una reina de la primavera.

Calavera había olvidado las canciones de antaño; aquellas que sus manos tocaban en su vieja guitarra de cristal.

Su nombre lo había enterrado junto a la piel de víbora que cubría sus huesos. Después de viajar más de lo que su voluntad de espectro podía soportar, llegó a una comunidad muy adentro en el desierto.

Había una banda de musarañas tocando música mexicana, y los demás esqueletos veían a Calavera arrastrarse aferrado hacia ningún lado.

A lo lejos se veía una escultura gigante de la diosa mosca, estaba hecha de excremento de ratas y miles de hormigas caminaban sobre ella simulando la sangre que corría por sus venas. Calavera sintió la mirada de los lugareños que comenzaban a sacar pistolas de los lados más inesperados.

Pero sus huesos eran a prueba de balas, aún estaba demasiado muerto para morir de nuevo.

El día se vistió de noche y el orfeón de musarañas seguía con su racha de baladas mientras una anciana hacía bailar a un fantoche que tenía amarrado con hilos de plata y cabeza de calabaza.

Los lugareños arroparon al forastero con papel y removieron la piel de serpiente para lustrar sus huesos con la lengua.

Eran las fiestas anuales de San Cipriano y la arena del desierto comenzaba a hacer milagros.

Los lugareños se enfrascaban en un galimatías utópico por recabar la mayor cantidad de ese maravilloso tónico.

Algunos la preparaban en té y otros la usaban para resucitar.

Una tarántula enorme la usó para devolverle la piel a Calavera, pero la piel no volvió. En su lugar sus huesos se cubrieron de rosas y su lengua volvió a cantar.

Sus ojos de pétalos derramaron lágrimas de espinas ante la luna idílica que brillaba desnuda y
supina.

De filias y fobias



10 mágicas filias:

1.-Las nubes en forma de nubes
2.-Madrugadas sin murmullos ajenos
3.-La capacidad de resurrección de las moscas
4.-Tiranosaurio Rex
5.-La música
6.-Leer comiendo Chips verdes
7.-Los perros que saben cantar
8.-Fotografía e ilustración
9.-Dormir solo
10.-Las nueve anteriores


10 mágicas fobias:

1.-El extraterrestre bajo mi cama
2.-Los "Te amos" versión Fast food
3.-Los novios celosos
4.-La humanidad
5.-Las llamadas telefónicas imprevistas
6.-Visitas imprevistas
7.-A los fantasmas de mi clóset
8.-A la compañía exagerada
9.-Los domingos
10.-Al EPOC

sábado, 6 de septiembre de 2008

Breve carta sobre la delirante Pasión (Un cualquiera)

Querida Pasión:

Ningún humano en su peculiar percepción sabrá imaginar tu belleza.

Recorrimos el mar Euxino en nuestro barco de vainilla. Siempre desnudos acariciándonos el cuerpo y trazando mapas de besos tratando de encontrar el punto corrosivo del orgasmo.

Mareados, soportando esa ansia de explotar en todos los sentidos, de vaciar mi simiente y beber la tuya hasta quedar perdidos en la química de tu cuerpo impertinente.

¿Recuerdas aquel viaje al paraíso terrenal? en ese roble viejo y hermoso cuando te quité la túnica y mis manos recorrieron tu suave piel.

Aprisionaba entre mis dedos aquellos rosados pezones que se endurecían cubriéndose de núbil carmín.

Recuerdo la frialdad de tus hombros y mi lengua enterrándose en ellos con el grito profundo de una mandrágora.

Tus finísimas manos me despojaron de la túnica y tomando mi amor encarnado le hiciste pleitesía con los dedos enredados entre tus rizos alborotados.

Tus mejillas coloradas, tus ojos entrecerrados y tus labios acalorados siguiendo el ritmo del mar entre mis piernas.

Bebí de los dedos de tus pies el vino que nunca calla y siempre corre, subiendo lentamente por los pilares de tus piernas hasta llegar a la puerta secreta de tu alma.

Húmeda de amor, pequeña, pero con el umbral suficiente para hospedar a la lujuria.

Mis labios la besaron y mi lengua serpenteó descubriendo un manantial aún más perfecto que el vino y los pozos mágicos del azar.

Un manantial dulce y salado que comenzó a recorrer mi boca transportando mis murmullos a mundos imaginarios y sueños perplejos de adoquines y marionetas.

Sentí el peaje de tu cuerpo reteniéndome con sudores.

Gritabas y nos retorcíamos bailando en los jardines de Plutón.

Gastando en cada aullido cada una de las sílabas de nuestros nombres.

Caíste de espaldas sobre el tibio monte estival, rendida ante el placer.

Una gota de licor corría por la comisura de tus labios.

Tus brazos descansaban sobre tus pechos y tus piernas abiertas se rendían ante la brisa y el sueño.

Las musas al momento de terminar su dialéctica amorosa saben hablar en el idioma de las rosas.

Ahora que estas muerta, me di cuenta que sigo sin recordar tu nombre, querida Pasión.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Adanowsky



¿Qué puede ocurrir cuando creces en un ambiente repleto de arte, histrionismo, magia, ilusionismo, mentalismo, funambilismo, clichés, surrealismo, glamour y demás artificios que requieren ponerle togas y coturnos al corazón?

¿Qué pasa cuando compartes pasos de baile con James Brown (aunque sea sólo unos minutos), George Harrison te da unos tips en la guitarra y a las fiestas familiares llega Marilyn Manson ó una mujer que tiene la piel de víbora?

Adán Jodorowsky (Exactoo uno de los hijos de Alejandro Jodorowsky) ha vivido a lo largo de su vida envuelto en ese ambiente de bohemia y parafernalia cuasi utópica. Con su pinta retro, en una mezcla de Elvis y Sandro con el ritmo bacante de un crooner que lleva al surrealismo por orquesta, que puede enamorar con un chanson o desgarrar la voz con alguna ranchera con aroma a demagogia poética.

Adanowsky es también bajista de The Hellboys, ilustrador, director de cortometrajes y videoclips y fotógrafo.

En youtube se pueden encontrar algunos trabajos realizados por él, asi como también algunos de sus conciertos.


Algunos links telepáticos...

cabaretadanowsky. foroactivo. net/index. htm
www.myspace.com/cabaretadanowsky
www.adanowsky.com



"Estoy mal"

jueves, 4 de septiembre de 2008

Don´t look back in anger



Un cover de Don´t look back in anger de Noel Gallagher por Devendra Banhart y su muy peculiar folk surrealista.

Cindy




Sin palabras...

Labios




Todos deberíamos tener unos labios así.

Malerige



Un fotomontaje realizado por la señora Malerige de Rodoyosa

Un pequeño retrato...



Este retrato lo realizó Tania Ocampo alguna noche malvada en que me regaló (o confirmó) el malévolo adjetivo de cínico.

Que bonita letra...




Sinceramente no lo entiendo, siendo yo tan adorable...

D.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Citlali

Del breve encuentro con una estrella que sabe tonificar la í en mi apellido



I got my feet on the street but I can’t stop flyin’,
My head is in the clouds but at least I’m tryin’
_Noel Gallagher


I


Eran las seis y tanto.

Caminaba…

Esperando el momento de encontrar de frente a la mujer que con tanto encanto despintaba las palabras de mi frente. Aquella que permitía mis halagos impertinentes.
Poetas, pintores y rapaces aún peores habrán sabido piropearle con mayor ritmo y pleitesía.

Con pasos lentos pero bailables, iba siguiendo una línea inquieta en el pavimento. Escuchando a las nubes tocar ese piano con influencia a jazz a través del viento que acariciaba mi cuerpo con mucho furor, con mucho desconcierto.

Aplaudiendo un soul que salía de los poros abiertos de los árboles que se nutrían con las alas tonales de una marimba platónica y morena como la piel de las manos que la sabían tocar.

(Como se toca a la mujer que se desnuda para regalarnos la melodía quimérica de su miel en agonía)

Me iba quitando con las garras, los minutos que se morían ahogados en el sudor de mi piel.

Caminaba con gafas de sol para ocultar los ojos de limón que se me ven antes de que se duerma el sol.

El corazón sabía delatar mi mitomanía de tranquilidad y relajación. Mis manos tenían un monólogo cortesano ante mis pies y mis labios sabían guardar pleitesía al silencio de mis palabras.

Pillaba mariposas muertas para cambiárselas por miradas eternas o sonrisas perfectas.
Los gritos de mis pasos se perdían en la mullida cotidianidad de los coches.


II


Eran las siete y tantos.

La vi, tan altiva y deslumbrante,
con una corona de tul inefable.
Sonreía soberbia y amable,
alumbrando su hermoso semblante.

En el vórtice de mi agorero sueño creí ver caminar a las estrellas con la gracia de un par de piernas y unos pies que sabían besar con mucho trino al suelo.

Tenía la mirada serena
que guardaba en un pedestal
de viento disfrazado de cristal,
sueños y arena.

Dulce rubor que colmó los años disfrazados de minutos en la espera de ver frente a mí a la mujer que ahora pintaba nuevas palabras en mi frente.

La dueña del algodón de azúcar que cantaba desde mi balcón melodías con diabetes y danzón. La que me regaló un tocado con la pantalla de Ruperta: su viejo ordenador.

Mis vigilias fueron compartidas con las suyas en madrugadas de múltiples tonadas, con la mente elucubrando fantasmas que supieran recitar un poco de poesía.

En mi estado incongruente vi un desfile fosfenomático de formas extrañas: arañas que caminaban con zapatillas de baile, moscas con guirnaldas de betún anaranjado y bastoncillos de menta que se arrastraban a sus pies reverenciándola como a una reina.

Pude haberme hincado y con los ojos exorbitados tras la intimidad de unos lentes polarizados recitar estas palabras que no había ni (siquiera) creado. Pero seguramente ella, al ver tal excentricidad, se hubiera largado.

Así que decidí saludarla con el más común de los “Holas” avergonzado de mi propia inopia de algarabía.

Le ofrecí un cigarrillo -chueco y acalorado por el calor de mi sudadera- y comenzó el festín de palabras que siempre muy amable y atenta, a lo largo de toda la noche me regaló.

Tan musa y tan divina
Dejó prendido el motor
absurdo de mi mejor
Imaginación vespertina.

Le regalé un carrete fotográfico para que guardara sus pensamientos de estrella.

Me dijo “Soy una de ellas aunque parece que nací de las lágrimas de la luna”.

El reloj -aunque traté de detenerlo- nunca dejó de caminar.


Eran las tres y tanto.


Cuando ese taxi arrancó llevándose a la bruma de mi razón, se llevó también gran parte de mí corazón.

viernes, 29 de agosto de 2008

Calavera

(Primer acto)



Calavera depositó su lengua en un vaso lleno de tequila y cogió su guitarra para devorar a golpes una canción que aún no componía.

Tenía los ojos podridos que aún podían distinguir a los vivos y un corazón costurado a sus dientes que le hablaba de amor y endulzaba sus versos llenos de muerte.

Desde que tenía piel y estaba viva, veía los minutos corroer su voz de diva que cantaba cuando moría la luz del sol y se perdía por más de un par de horas en aquella vieja cantina.

Enamorada de una mujer lasciva que no sabía decir que no al amor de minutos y bisutería, que usaba los coturnos de la arrogancia para verse coronada como reina de la extravagancia.

Enamorada de esa bruja, pedazo de piel que decía que tenía los pies sangrantes de santos estigmas y sabían bailar sin ritmo el tango de la melancolía.

Enamorada encontró la muerte un mal día entre las piernas de su amada. Amarrada por la pasión no vio la daga que venía a robarle por la espalda ese suspiro de vida.

En una polución entregó su alma y al momento de sentir la muerte, de su miembro nació una rosa que se enterró para siempre en el vientre de su asesina. Esa rosa tiempo después se convirtió en la diosa que liberó a Satán de su infierno y su agonía.

Pero Calavera seguía demasiado muerta y no vio a su hija resurgir de la tierra.

Calavera tocaba las cuerdas con un par de manos inertes que guardaba en el fondo de su cajón y las melodías sonaban a los suspiros que escurría por su balcón, esos últimos días en que aún tenía de adorno un poco de vida en su corazón.

Era noche de rumba en el pueblo de los hijos de la saliva y en el valle de los muertos había un viento que anunciaba el reencuentro de los cuervos.

Ácratas de una nueva generación de ciervos de la madrugada.

La serenata hacía llorar a los niños antes de nacidos, hacía despertar esos sentimientos de odio reprimidos…

Calavera lloraba gusanos de sal que limpiaban su rostro de plata mientras su guitarra danzaba escarbando en sus huesos las palabras exactas para recordar esa panoplia de adjetivos de rabia.

La muerte no sabe perdonar a sus amantes.

Calavera se quitó los dientes y armó una figura que representaba a la suerte, estaba decidida a no volver a llorar por mujer alguna.

miércoles, 27 de agosto de 2008

Sharik

De esta noche aprenderé... a recurrir nuevamente a mis sentidos...
recordando lo que me han dicho, sobre este amor casi divino.
_Lorelei Hook


Vierto adjetivos en una copa de temperante, que me transporta al sabor de sus labios cuando me lee la poesía de sus libros paganos.

Una loca enamorada con la boca hinchada de besos y el vientre desangrado de tiempo.

Bebo entre sus muslos caribeños que se escurren en mi cuerpo como gotas de mar en noches de luna sin sueños.

Mis manos van hablando el idioma de sus pechos que revientan entre mis dedos, regalando ese néctar dulzón con sabor a pezón.

La lluvia de ropa interior nubla la poca cordura que aún tenemos guardada bajo las faldas de las frías mantas.

Desnudo, coronado de limones camino en círculos sobre la sonrisa que dibujó en su retrato de gata. Hago el mantra que aprendí en internet y escupo al techo saliva con sangre para verla estrellarse en tu rostro de santa.

Así le digo que la quiero, así le cuento mis cuentos.

En el espejo la vi vestirse de piel los huesos, colocarse los ojos y el pelo. Me da el honor de colocarle los pies para poder hacer poesía con ellos.

La noche se olvida de amanecer y el viento burla sus cabellos que cubren mi cuerpo desnudo que a la vez cubre al suyo aún más desnudo.

Las horas se vuelven sudor seco, vientres cansados, cuerpos relajados e historias absurdas viendo a los fantasmas que viven en el techo.

Habiendo catado su cuerpo me quito el viento del rostro y bebo esa copa fría de temperante con adjetivos y escucho de sus labios untados de penumbra su vieja poesía supina.

sábado, 2 de agosto de 2008

Gloria



De este abajo firmante para la homónima
Participante de mis albricias matutinas.


En Vaquillas camina con pasos sigilosos que saben dilucidar melodías.

-Arboledas, Campanario, Villas de la Hacienda y más…-

Lleva el sabor a triunfo en cada guiño de su sonrisa que va dejando historias zurcidas en la cornisa de mi corazón de suicida.

El vibrato condicionante de sus labios, nunca deja pasar la menor oportunidad de devorar una sonrisa alimentada con el amor que sólo saben cultivar aquellos que carecen del rigor de un mundo anfitrión de consuelos extraños.

Tira disparos argentinos en los duelos cetrinos de simpatía.

Quisiera por una noche al menos tener esa virtuosa puntería.

Tiene a su lado un poodle, un cobaya canalla, una Karina, un benjamín llamado
Benjamín –como su padre- y los caracoles que le escurren poesía directo a su ventana.

Conoce a la perfección el camino a la batalla contra los molinos de la monotonía, con una cota de latón y un rocín valeroso que no sabe lo que significa ceder ante lo deshonroso.

Los días huérfanos encuentran cobijo en la prosapia serena de canas que festejan con pulque de maicena el arte mismo de coser estrellas.

Si pudiera le daría mi juventud, que estoy seguro, no la malgastaría como yo, en fantochadas ni bisuterías.

A su lado todos los días saben a madrugada.

Si vuelvo a nacer, desearía nuevamente –y con todas mis fuerzas- volverla a tener en mi altar de dioses paganos.

jueves, 31 de julio de 2008

Marigold

He puesto un potaje de caléndula en el eco que han dejado tus pies desnudos en la adusta piel de mis escamas.

Ya no quiero pasarme las horas recordando la alquimia de tus cuentos de guerrera.

Me has crucificado a tu recuerdo, ave de mal agüero.

He soñado con esas veces que se te resbalaba el vestido por las piernas, cuando perdías la compostura en el viejo colchón y me pedías que olvidara que eras una dama.
Soñé que de tus manos nacían pájaros que volaban sobre mi cabeza y blandían pequeñas dialécticas de diosa terrenal. Canalla, sideral. Quisiera verte una vez más, para
volverte a odiar como alguna vez pretendí hacerlo.

Ya no quiero tener por la noche el sabor de tu ropa entre mis manos, pero…

¿Qué puedo hacer, si en cada encrucijada de lamentos aparece tu cuerpo desnudo de ornamentos?

Los fantasmas bajo mi cama saben guardar silencio y tomarse mis lágrimas.

(Se prende un cigarrillo)

Jamás creí admitir la derrota con tanta filosofía.

La caléndula surte efecto cuando todo parece ya tan perfecto.

Mi piel extraña el sudor de tu piel y los juegos de madrugada invocando a los muertos desde mi cama.

Donde quieran que estés, deseo (una vez más) perderte el respeto.

miércoles, 30 de julio de 2008

I want you...

I want you…

En algún lugar existe aquella mujer que escriba con la música a todo volumen y deje los libros abiertos a medio leer en noches de estrés y luna nueva.

Que ponga el acento a la “I” en mi querido apellido.

Que no baile en pareja y sea tan dispareja en el arte de la caricia certera y los besos de lengua.

Quiero poder hablar toda una noche de cualquier fantasía, libros, discos, sueños, recuerdos y anhelos ahogados en el veneno que escupe el tiempo en su momento.

Quiero una mujer que me sepa engañar y me deje guardar silencio como suspiros frente a mi monumento.

Quiero unos labios que cada noche olviden cómo besar y unas manos que sepan bailar (con soberbia) el tango de las caricias remojadas en alcohol y glicerina.

Que me cuente los secretos de su vientre entre sábanas frías de caricias mustias.

Que culminen con un beso y olviden maldecir a los cuentos de brujas.

Habré de caminar por las nubes para encontrar a la mía.

Bañada de espinas, desnuda de besos canallas… esmerada libertina

Quiero dejar a un lado las horas de misantropía azucarada y bajar el cielo en un canasto de plata, a la mujer que sea la guarida de todas mis resacas.

Existe por ahí alguna dama que sabe leer y jugar las cartas, que prende fuego a sus pies y sabe engañar en el ajedrez.

¿Quién habrá de comerse a los cuervos que pernoctan en la atalaya de mis huesos, oteando residuos de besos y gritando al vicio del eco?

lunes, 16 de junio de 2008

Mayéndula

Esta noche te pediré que te desnudes sobre la cama. No haré más que envolver tu cuerpo con las palmas de mis manos.

Comenzaré con la punta de tus pies y seguiré por el sendero que culmina con el sol en el horizonte de tus labios.

Voy a caminar sobre tu cuerpo conquistando valles de suspiros, montañas de gruñidos. Voy a comer del olor de tu piel, beber del licor de tus piernas hasta quedar profundamente borracho de tu miel.

De tu esencia.

No quiero escuchar el minutero del reloj, no quiero que suene el teléfono, no quiero que salga el sol.

Sólo quiero divagar entre tu cuerpo. Nadando sobre tus cabellos y respirando el deletreo de mi nombre entre tus sueños.

Vete quitando el disfraz de señorita, mientras yo saco el látigo del clóset. Seré el Indiana Jones perdido en la selva aguamarina de tus sábanas de niña.

Vamos a perdonar el voyeur de las estrellas, a cantar el bolero arrabalero del amor adulterado.

A sentir que me quieres como quieres a las estrellas.

Voy a usar tu espalda como la pizarra para escribirte a rasguños una carta de amor apasionada.

Olvida ésta noche y las siguientes.

Cada reencuentro será como una primera vez.

No voy a negar que mañana quizá no esté en tu cama. Pero al menos por esta noche quiero ser el dueño de tus roces.

Tu amor de madrugada.

martes, 20 de mayo de 2008

Tengo un corazón

Tengo un corazón que no sabe regalar rosas en días de fiesta, cantar en serenatas o agarrarte de la mano cuando camina a tu lado. Se asusta con los llantos prolongados y se estresa con los celos exagerados.

Es un viejo aprendiz de profeta que no sale de su cueva sino es luna llena, con el cobijo de una pantera y el canto de las azucenas que sembraste en tus labios de niña buena.

Siempre camina solo aunque parezca acompañado; no regala abrazos por mayoreo ni se acuerda de pagar el peaje por los besos enamorados.

Habla solo, lee, se emborracha, fuma como un endemoniado, escribe cuentos por las noches, canciones en la madrugada y siempre quiso aprender a tocar el piano.

Tiene ataques de paranoia, miedo a la derrota, asco a la tauromaquia, amor a la noche, suspiros, castañas y miedo a las arañas.

Cuando se aburre de usar las mismas artimañas, se pone una capa almidonada y se mete en los callejones vestido de enamorado. Brinda con vino tinto con alguna fulana y le jura amor eterno al menos hasta la madrugada.

Tengo un señor corazón que esconde su pasión detrás una carpa mestiza, habla poco y pregunta mucho.

Lejos están aquellas armonías urbanas en las que guardaba -en cada respiro- el nombre de aquella señorita que escribía con letra bonita y pagana el “Vete al carajo” en un lienzo plagado de gestos.

Tengo un corazón, cansado de haber visto todo sin salir de viaje a los suburbios de la mentira. Con toda una mitología de promesas vacías que le han pintado las faldas vecinas. Ni flores ni rebujos, cariños ni poesía, que la época de la locura ha visto su atardecer detrás de la monotonía.

domingo, 11 de mayo de 2008

Ausencia


(En comunicación telepática)

Abajo firmante dice:
Tengo enjaulado entre mis ojos un recuerdo que lucha por escurrirse entre ellos. Pero hace mucho que no puedo, quizá ya he olvidado cómo hacerlo.
Aposté el corazón en el trile de tus palabras. Entre tanta parafernalia, glamour y misticismo me sentía a los pies de una ninfa enamorada.
La tinta de tus cartas era tan dulce como la saliva de tus besos, el monólogo de madrugada, el trayecto oscuro de camino a tu casa.
Ausencia dice:
Voy a quemar el reflejo de tu cuerpo entre mis manos, la dolencia de cada mañana al despertar y no tener tu mano entre mis pechos.
Las manos que me han tocado han dejado huecos entre los suspiros que me han provocado.
No quiero entregar mis sueños al vacío de la esperanza y caminar con una sombrilla equilibrándome como funámbula en la incertidumbre de tus pasos.
Abajo firmante dice:
Incertidumbre: el nombre que te di mucho antes de que fueras Ausencia.
¿No fue ella la que me permitió conocer el carnaval de tu alma?
La que te permitió irte con cualquier fulano de tu preferencia.
Después de la lluvia de tu desconfianza, no me ha llegado la calma.
Ausencia dice:
El “fulano” de mi preferencia, me agarraba la mano de cuando en cuando, me contaba lo que pensaba cuando se le perdía la mirada.
Me dejaba comprender quién era él y porqué no usaba un hilo para no perderse en el laberinto de mi cama.
Me llamaba todas las mañanas y una vez al mes, me despertaba con una serenata.
Abajo firmante dice:
¿Entonces por qué me enviabas mensajes por las madrugadas?
¿Por qué los correos con fotos de tus viajes?
¿Por qué me mostrabas las piernas cuando platicamos bajo las gradas?
¿Por qué esa última vez me diste de tus horribles potajes?

Ausencia dice:
Porque a pesar de todo, no hay un día en que trate de olvidarte. Y cuando estoy a punto de lograrlo me da miedo no ser la firma de tus recuerdos.
Abajo firmante dice:
Ausencia: aunque pasen los años, siempre serás la firma de este abajo firmante.
Ausencia dice:
Ya debo partir. Ha venido mi nuevo amante.
Iremos a la plaza a comprar flores para su madre.
Te envío mensaje en la noche. Soy una musa demandante.
Abajo firmante dice:
Me atengo a la tragicomedia que me puedas contar con tus manos.
Ausencia aparece como No conectado…



viernes, 9 de mayo de 2008

Epítome de una calaña

Fatiga:

Tengo una serpiente que sabe cocinar y por las mañanas me ausenta el hambre con el fiambre que dejan los espectros de la coladera al quitarse la ropa frente a las cucarachas.

No quedan recuerdos en el cajón de mis huesos;
los insectos que devoran mi sangre
se comieron los restos,
que tenía curtidos en vinagre.

Tengo una mosca que regala muertos a quien le lleve rosas frescas por la madrugada, cuando no existen los cometas y la luna despierta perfumada.

Soy el veneno que lamía tu lengua,
el animal herido que no duerme
y viaja al monte en su yegua
con una guitarra, dulce y deforme.

Tengo un poeta oculto en el armario, usa gafas negras, capa marrón y botas de musarañas. Antaño herrero, ahora gamberro que vive de sus palabras.

Si le hablas de Quiroga deja la copa,
se coloca la lengua para poder cantar,
coge su mandolina y se cuelga en su soga.
Ese viejo muerto no me volverá a espantar.

Nada peor que despertarse con la boca llena de besos apestosos de ajenjo. Con las piernas hinchadas, el estómago revuelto y el cuerpo envuelto… en otro cuerpo.

Tengo un espejo que te lleva al mundo de los faunos, donde tocan rock n roll los muertos y Sodoma es una puta sin dueño.

Tengo un corazón hueco para que lo llenes de cuervos.

X. Miranda

(Domingo de madrugada)



Cuando uno se ha vuelto célibe del televisor y los discos ya han vomitado sus melodías incontables veces en el reproductor; lo que queda por hacer es tratar de encontrarle una nueva y entretenida perspectiva a la monotonía.

Miranda, con voz enérgica, dijo:

-Poesía contemporánea.

-Y yo, dibujé un pájaro muerto sobre el lomo de un cerdo.

-Yo le dije amor.

-Ella, sonriente dibujó a un perico ciego que caminaba sobre el fiambre de lo que antes caminaba como niño.

-Me dijo teléfono

-Y yo dibujé una araña devorando el corazón de una mujer embarazada.

-Le dije… besos.

-Me dibujó un ciego apilando huesos.

-¡Musa!

-Dibujé un círculo imperfecto.

-Religión.

-Dibujó a Al Capone desnudo montado en un asno atado a un roble.

-Sonriente le dije, Padre.

-Sorbió un poco de vino y escupiéndolo en el papel le dio una forma extraña que, con el grafito, le dio la forma de una olla a presión.

-Muy seria, dijo, Madre.

-Y dibujé una niña de alas enormes y ojos exorbitados, tratando de comerse a Saturno que a su vez devoraba a un hijo.

-Ella me dijo, tú.

-En el papel, dibujé un gusano

-Yo.

-Y dibujó su reflejo en un mar de peces muertos.

-Ella me dijo miedo.

-Y le dibujé a la muerte.

-Fuerza.

-Me representó una nube devorándose al sol.

-Perfección .

- le respondí con un beso.

-Entre sus labios, le dije tiempo.

-Y me quitó la ropa,
muy lento.

Cuando uno se ha vuelto célibe del televisor y los discos ya han vomitado sus melodías incontables veces en el reproductor; lo que queda por hacer es como diría el viejo Blake…

“Tratar de poner un cuerpo delante del nuestro”

lunes, 5 de mayo de 2008

Defragmentación de la visión por un kaleidoscópico metal bañado con el hongo fragmentado de un cereal enigmático, Liberación de tu prisión psicológica

Cuando sientas que te matan, que te quitan la sangre y te beben el semen, cuando sientas que te escurren la podredumbre personal de los demás y te embarran con sémina multicolor en grumos pequeños para fácil contención
Intenciónes bajo la bandera del amor.
El amor es para quienes lo conocen y no para quienes creen conocerlo, hay quienes odian y piensan que aman demasiado, y sienten en verdad que su amor es tan potente como la saliva de dragón, pero es la pura hiel y el puro odio disfrazado

Intenciones bajo la bandera del amor.

Y tu reflejo lo veo en el desecho de los animales en la calle, que afean las avenidas y vuelven a la vida hedionda, con una estética similar a la materia fecal de tu personalidad.

Judeocristiana cortesana de tu ego.

La sed que saciaste, las ansias que colmaste, los gritos que me embarraste, la herrería de seda con que aprisionaste mis manos en tus piernas.

Fermentación del coito del Diablo.

Me alegra saber que siempre se le puede bajar la palanca al toilet de la vida para verte naufragar, rauda y centrípeta sobre tu propio eje.

En las cañerías encomiendo tu espíritu.

Lógico fin paradójico.

jueves, 1 de mayo de 2008

Transubstanciación aracnotrópica utópica






"Sin plumas vuela y cabeza abajo asela"
_Frase popular de Cantabria






Descalzo, con los pies bañados en sangre y la voluntad crucificada en espesa soledad; he llegado por fin a ese enorme palacio construido con huesos, hiel y mucha seda arácnida, esa antigua construcción oculta en la profundidad de una selva mortecina, en donde todos los simios que vislumbré, usaban labial. Maquillados, viajaban de una rama a otra, narrado historias épicas de un mundo civilizado y sodomizado por sus propias perversiones.

El palacio vertía por sus paredes el veneno con el que lentamente fue construido, se erguía varios metros sobre las nubes arreboladas y despedazadas por el viento.

Sus puertas estaban adornadas con arabescos de sanguijuelas y los arcos de medio punto sostenidos por columnas en forma de ojos agusanados.

A lado, calaveras maquilladas, pertenecientes a los antiguos peregrinos que por accidente o locura concatenada habían llegado a ese lugar tan inmerso. Los cráneos se mostraban impasibles entre la niebla espesa de arañas bipolares y andróginas. Tatuadas en la espalda llevaban miles de formas simétricas y aritméticas.

Una a lado de la otra, las arañas formaban con su espalda tatuada las fauces enormes del antiguo bardo, el que había sacrificado al cordero pestilente en honor a la vieja serpiente dorada. La que dormita bajo las heladas aguas de la mortecina selva.

La pared arácnida se mueve, la masa grotesca de alimañas comienza a ejercer una especie de danza en la cual simulan a la perfección la imagen del bardo moviendo los labios y su voz surge en forma de viento filtrado a través de los orificios dejados por los gusanos en las viejas hojas ocres, muertas en pos de una ilusión perecedera.

siendo así, el holograma comienza a hablar.

-Deforme funámbulo de una noche sin par,
tus pasos consonantes entre espina y hueso,
tu respirar entrecortado y tus pulmones podridos
por inhalar los tropos en forma de niebla…
Tus alas rotas te traen a mi claro de hiel.
Y desnudo ante las alimañas vestido únicamente
con el vello putrefacto de tu tardía “evolución”.
Tu propia humanidad de cristal se reventará
en millones de partículas,
y esas esquirlas serán las que por la noche,
mientras las sombras se transforman en animales;
te darán la muerte y perpetuidad añoradas…

A terminar su discurso, mi cuerpo desnudo, había sido cubierto por un fino vestido de seda colorida, confeccionado por pequeñísimas arañas multicolores, rápidas y silenciosas.

La túnica labrada para mi, en su centro presentaba un viejo pasaje de los escritos herméticos del valle subterráneo de la muerte.

En ese reluciente pasaje bordado se mostraba al monstruo rodeado de enormes bestias con cuernos, diademas y coronas de oro. A su lado, un enorme ángel con mirada dulce y complaciente le lamía el oído izquierdo y le acariciaba el pecho.

Libre de las dagas filosas del viento amoratado, me postré frente a la imagen. Cogí una piedra filosa y tracé la runa que me había enseñado el viejo Topo con la flauta, el que dormitaba en el árbol sangrante.

La tracé en mi muñeca izquierda y dejé que mi sangre se vertiera gota a gota en las rocas hasta haber creado un río pequeño que inundaba a las hormigas.

Antes de caer en el delirio próximo a la muerte detuve la hemorragia con la hoja empapada desaliva de la iguana. Aquella que me había hablado antes de internarme en mi ostentosa peregrinación y que en un acto de fe había escupido en una hoja su potaje orgánico.

Varias tarántulas descendieron de los árboles y bebieron de mi sangre, se postraron bajo los cientos de arañas que formaban la imagen del bardo.

-Tu sangre diluida en tiempos de euforia,
tu rostro pintado con el color de tu sonrisa,
tus sienes amargas y tu lecho de sal…
El alimento perfecto y el sacrificio mundano,
ni todos tus huesos ofrendados a mis vástagos
serán suficientes para entrar en mi morada,
tus labios jamás beberían de la espuma de Kaedhara,
princesa de mi añorada vida pasada, casi postergada.

Cada frase blasfemada por el holograma me envejeció y descubrí mis manos en estado de putrefacción, mis barbas y cabellos se habían tornado de un gris enfermizo, mis huesos se desmoronaban y mi piel se derretía.

Con la misma piedra, tracé una línea grotesca en mi pecho y mi temblorosa mano se enterró en él, despedazando mi tórax hasta encontrar lo buscado.

Extraje un recipiente hecho a base de huesos y cristal; dentro se encontraba mi corazón curtido con limón y veneno proveniente de los colmillos de la cobra, reina de los montes absurdos del azufre.

Con pasos vacilantes llevé el recipiente bajo la pared arácnida, a un lado de las tarántulas vampíricas.

La luna iluminaba sus ojos dándoles un aspecto meticuloso.

De pronto la tierra comenzó a cimbrarse y un sonido horrible comenzó a gestarte en la inmensidad de la noche. Los simios dejaron de hacer poesía y comenzaron a gritar asustados, caían de los árboles, muchos terminaron muertos.

El sonido provenía de la mole de arañas que se dejaban caer, destruyendo así la pared que habían forjado y disolviendo la imagen del bardo. Envolvieron a las tarántulas y las devoraron al instante al igual que mi corazón.

Con el mismo alboroto que habían formado se fueron apilando una encima de la otra a una velocidad increíble y su telaraña les servía de soporte, estaban formando otra imagen, ésta vez no era un holograma, esta vez era un titán tridimensional.

La aglomeración me pareció de lo más poética, pero no pude proferir ningún sentimiento alterno pues ya no tenía corazón.

La transformación culminó en una tiránica araña, que se elevaba por encima de los árboles, la telaraña que le colgaba en jirones daba una visión horrible cuando se filtraba con la luz neón de la luna, se hacía fluorescente, y parecía cantar.

La bestia se aproximó a mi y con sus tenazas se hirió el pecho del cual manó mucha sangre.

-Bebe y báñate.

Su voz resonó en mis huesos y su vibración me hipnotizó.

Así lo hice, me bañé de esa sangre oscura y bebí hasta quedar satisfecho de mi sed.

La araña se curó la herida con su propia seda.

-Sentirás la muerte, verás florecer la hiel,
tu sangre es veneno, tus huesos miel,
la luna será tu amor eterno,
eres una araña ahora…
Vivirás de la noche.
Inmortal entre los inmortales;
custodiarás mis tierras, lamerás mis huesos,
me será fiel,
me serás leal.

Mi cuerpo se hizo joven de nuevo, todo en esencia era más cristalino, y me arrastraba ante la incapacidad de usar mis piernas.

Una tarántula de coraza rojiza cayó del árbol en el que habitaba y comenzó a patalear a mi lado, la cogí y de un sólo golpe, la incrusté en mi pecho.

Sentí como mi nuevo corazón de seis patas comenzó a trabajar con una fuerza devastadora, mis alas rotas crecieron y se tronaron enormes planeadores de seda arácnida, el hambre me tiró al suelo.

Necesitaba sangre y bebí del suelo.

Con pasos lerdos me aproximé a la bestia ahora con cara humanoide, forjada con las propias arañas.

Representaban de nuevo al bardo. Me postré ante él y le juré mi eterna perpetuidad.

Los cráneos maquillados aplaudieron con sus mandíbulas, los simios comenzaron a hacer poesía y a lo lejos en una ventana, Kaedhara con un crucifijo roto celebraba mi osadía.


"Cindrella"

Voy a navegar en el océano diluido de tu sonrisa, en un barco fabricado con las páginas amarillas del cuaderno cotilla en el que te escribo.
La sal del viento lamerá mis labios hasta que pueda llegar a los tuyos y construir ahí una mansión de besos lentos y morenos.
Vamos a coleccionar momentos y carnavales. Olvidando el cuerpo frío de los celos infernales que son el lado voraz de las faldas otoñales.
¿Dime qué puedo hacer -suspiro de mi blasón- para erradicar de tu corazón ese brebaje amargo que le susurra pantomimas al oído?
Me muero de ganas de decirte con el cuerpo lo que mis palabras parcas no han sabido relatar.
He viajado por el tejado de tu casa, maullado en el balcón como gato enamorado que se esconde en las sombras de tu cuarto, imaginando que en tus sueños tengo al menos una soledad almidonada.
No quiero que me ofrendes tu vida entera ó una perpetuidad que sólo sirve para preservar el fiambre en los rincones del campo santo.
Quiero que me des un presente dulzón y sin mentirás.
Y si me das el corazón, dámelo en algo más que en eneros llenos de ceniza en mi cenicero; en más que dimes y diretes que no le hacen bien a mi presión y a mi diabetes.
Yo tengo una maleta llena de labios castizos que saben jurar -sin jurar en vano - y jugar al doctor que cura sin medicinas, esos males de amor.
Voy directo al naufragio, a la senda de tus manos, al cariño con amor de los humanos, al momento eterno en que das la llave de tu cuerpo a la mirada ajena de mujer.
Puedo soltar sin prejuicios el ancla de mi barco, que se engancha en la arena blanca de tus huesos, enterrar un cofre sin tesoro y quemar la tenencia del viejo Holandés Errante en un palpitante aullido sin miedo.
No temas de las palabras vacuas, que son el alpiste que devoran las lenguas timoratas.
Que no llegue a nuestra historia de dos, la fatiga sin razón del desconcierto.
Nos quedan caminos por descubrir en nuestro propio cuerpo y aún tenemos botas y nos sobran suelas.
Sé que tengo más años metidos en los bolsillos que tú, los que tienes afinados en las coplas de tus suspiros. Sin embargo, lo añejo del eco de tus cantos lo añoran incluso las aves más viejas que sólo saben croar al espacio.
Déjame ser el capitán que conquiste los mares de tu espalda, deja la casa del árbol y anímate a ser por hoy, la princesa pirata de mi corazón.





martes, 29 de abril de 2008

Ruego onírico (protección paternalista) con las alas plegadas y de cabeza sobre tu cabeza.



Destiérrame de las aguas negras y suplícale al santo - y a su cabrón dragón- roer mis huesos toda la madrugada derramada de luna llena.

Escupe mi decapitada cabeza y dale de comer a los perros.
Besa afanosamente la imagen detrás del espejo,
sumérgete en los senos del vino más añejo.

Abraza tu corazón y exprímelo hasta que por favor, dulce amor mío te mueras.
Con tu espada de huesos, me cortabas las patas de tarántula.
Mil colores /mil ojos.
Te lanzaba improperios y te enmarañaba en la miel más rasposa que tu cuerpo desnudo haya sentido jamás.
Teje con el semen de naciones perdidas una cama
donde duerman mis heridas.
Educa a las alimañas para que canten las coplas del demonio volador que vomitaba y te violaba por las noches hasta que tu boca reventaba preguntando su nombre.

Y el eco te respondía diciendo: Asmodeo.
Coge una almohada, vida mía,
y enseñame lo que es morir
sola y olvidada.


Vieja carta a la vieja Tizigua.

La espuma y miel ya se la bebió el gusano clandestino.

Aquel que sólo dejó vísceras y cruentas lágrimas en sus respectivos relicarios oculares, en sus respectivas flores fecales, en las féminas sin alas con venenos letales.

Hoy leí de nuevo ese escrito y recordé las aguas frescas de la insoluble soledad
-grandiosa y mágica soledad- esa balada es la reseña perfecta de la inmisericorde realidad.

En tres días de sueño incompleto recordé tanto y decidí morirme en año bisiesto.

En la completa agonía. Asfixiado por las musas y las sílfides que han hecho de mi tintero el licor amargo, el más venenoso, el más funesto.

Las que han coleccionado espinas de papel, sueños de oropel, cruces de hierro, sangre en los pies, alas de fuego, heridas en la piel, lamentos, miserias, lástimas, llantos, gritos, resacas, pasos, muertes, venganzas, esquinas, calles, lunas, noches, estrellas, veneno, canciones, agujas en las venas, cola en los pulmones, aceites de adormidera, ilusiones, viajes, tatuajes, heridas, duendes, ascos, sábanas y cigarros, vino en la azotea, lengua en la chimenea, besos, caricias escuetas, brazos lerdos, anginas chamuscadas, sudores fríos, arenas, papeles, poemas, metáforas, arabescos en las plumas, humo en la cuintura, esculturas, tótems, literatura...

Las que han coleccionado una piedra caliza por cada canción poética a las afueras del balcón en noche de luna llena.

3 días, una cerveza y muchos cigarros decapitados en su propia selva de ceniza...

3 días en 3 horas y en 3 versos de miel.

Mis sueños han mermado, por que el diablo se marchó al sótano que usa cuando no me da el don de la visión engorrosa y no tan borrosa.

Sin emabrgo, el estado de alerta está perpetuo en el fondo oculto de mi paranoia, y la llave que abre mi corazón colgada en el pecho de la ninfa María.

Siendo ella me preocupé de sacar mil duplicados.

Arañas...

¿Sabrá usted por qué me aterran?

Una vez, una de ellas, me habló tejiendo, y mostró algo que jamás debí conocer y que derrumbó aquella babel de entonces.

En el techo me hablaban y tejen verdades.

¡Maldito de mi que las entiende!

No quiero que hablen de nuevo, no quiero verlas tejiéndome alertas, no quiero estar en deuda con esas perversas.

Borracho y tirado en la noche sin una luz que abrace mi espalda. Balbuceo versos de Lautremont, y busco grietas uniformes en el suelo, buscando el indicio de un picaporte que me conduzca al mundo donde mueren las hadas embarazadas.

De nuevo escurriendo palabras en donde no encuentran eco, donde parecen tan extrañas, entre cantos mundanos y oraciones de arcilla maleada.

Los lamentos se digieren en soledad, con un vaso de saliva y unas gotas de sudor.

Reverencias, las de siempre. Y la simpleza no es más que la carta de presentación de un etcétera cualquiera.

El As prohibido en la manga del destino.