lunes, 16 de junio de 2008

Mayéndula

Esta noche te pediré que te desnudes sobre la cama. No haré más que envolver tu cuerpo con las palmas de mis manos.

Comenzaré con la punta de tus pies y seguiré por el sendero que culmina con el sol en el horizonte de tus labios.

Voy a caminar sobre tu cuerpo conquistando valles de suspiros, montañas de gruñidos. Voy a comer del olor de tu piel, beber del licor de tus piernas hasta quedar profundamente borracho de tu miel.

De tu esencia.

No quiero escuchar el minutero del reloj, no quiero que suene el teléfono, no quiero que salga el sol.

Sólo quiero divagar entre tu cuerpo. Nadando sobre tus cabellos y respirando el deletreo de mi nombre entre tus sueños.

Vete quitando el disfraz de señorita, mientras yo saco el látigo del clóset. Seré el Indiana Jones perdido en la selva aguamarina de tus sábanas de niña.

Vamos a perdonar el voyeur de las estrellas, a cantar el bolero arrabalero del amor adulterado.

A sentir que me quieres como quieres a las estrellas.

Voy a usar tu espalda como la pizarra para escribirte a rasguños una carta de amor apasionada.

Olvida ésta noche y las siguientes.

Cada reencuentro será como una primera vez.

No voy a negar que mañana quizá no esté en tu cama. Pero al menos por esta noche quiero ser el dueño de tus roces.

Tu amor de madrugada.