lunes, 29 de agosto de 2011

No le pongas sordina a tu cariño



¿Cómo vencer al miedo que escayola
tu corazón con gritos disfrazados
de primeros auxilios y forrados
con el canto del látigo sin cola?

Yo quiero darte una estola
de amores y suspiros afianzados
en aquellos latidos aferrados
al rubor de tu diástole de Lola.

No le pongas sordina a tu cariño,
que amar no es un acto para el nulo
y párvulo caló del disimulo.

¡No le pongas sordina a tu cariño!
Quiéreme sin temores clandestinos,
entrégate sin miedos viperinos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Plegaria en catorce versos endecasílabos.


Tus besos de lenguita azucarada
me afilan las palabras consonantes
y aprietan mi bragueta descarada
con sutiles rugidos disonantes.

Quisiera que me dieras la morada
de mirasol, hundida en el Eúfrates
de la pasión mundana, descarada
y bañada de vinos embriagantes.

Abre las alas blancas de tus muslos
y regálame el loto de cereza
que se moja las ganas con destreza.

Olvídate del suave manifiesto
de la ropa y cede tu pecado
desnudo con un grito enamorado.

Plegaria en catorce versos endecasílabos.


Tus besos de lenguita azucarada
me afilan las palabras consonantes
y aprietan mi bragueta descarada
con sutiles rugidos disonantes.

Quisiera que me dieras la morada
de mirasol, hundida en el Eúfrates
de la pasión mundana, descarada
y bañada de vinos embriagantes.

Abre las alas blancas de tus muslos
y regálame el loto de cereza
que se moja las ganas con destreza.

Olvídate del suave manifiesto
de la ropa y cede tu pecado
desnudo con un grito enamorado.

Belmari


Cubre la suave luna tu chambergo
de plata, tu mirada de pirata,
tu piel de corazón y (sin embargo)
tu sed desnuda, brilla tan ingrata.

Cubre la dura noche aquel encargo
del dios de los cupidos. El que enlata
los suspiros en besos con amargo
chaparrón de entrepierna timorata.

Maribel es la paz de mi apellido
el más dulce suspiro, el aullido
explosivo en canción de madrugada.

Cubre la suave noche tu mirada
azucarada, mágica, violeta
y feliz de mujer enamorada.

lunes, 22 de agosto de 2011

Caraluna


Aguacero de letras con el viento
gritando nuestros nombres. Con los tersos
labios como relámpagos de ciento
catorce lenguas rústicas sin huesos.

Ruge la madrugada con el canto
de pájaro que ocultas en tus besos.
Canta la suave noche con el manto
multimedia que endulzan nuestros versos.

Querida Caraluna, coronada
con la guirnalda púbica del poeta
de polvo en la solapa colorada:

Si me quitas la ropa con la letra
de tu saliva (tinta y coqueta)
Te quito el corazón anacoreta.

jueves, 18 de agosto de 2011

Sordina

El orfeón de grillos no piensa obviar el silencio. El cielo se depila las estrellas y la luna esta en la rambla de la poesía. Desvirtuada por tanta mirada fulana y versos de poetas sin cuernos que rumian los versos más canallas de la madrugada.

Así es mi noche en la tierra nueva, en esta cabaña lejana que me cobija y me brinda los placeres de la soledad compartida con fantasmas y bulerías.

Hace tiempo dormía de día y me fugaba por las noches con mi imaginación trepidante. Escribía como loco tratando de encontrar un despojo de alegría, un brillo de luz que pintara una sonrisa en mi rostro de bala perdida. Me acompañaba la caféína, nicotina, música de doce compaces y el brochazo oscuro que escurría en mi pecho.

Buscando un resplandor que trasformara en un brillo cósmico al viejo gusano que soñaba con ser el ripio en el tintero de los malditos.

Maldito Poe, maldito Baudelaire, maldito Rimbaud, maldito Blake, maldito Gautier, maldito Stoker, maldito Leopoldo María Panero.

Los ecos atrapados en los huesos son el murmullo poético de nuestros muertos. El polvo de las botas es el manto del viajero que cubre del frío y del aullido del tiempo.

Ahora comparto los minutos con tus palabras que tintinean en una pantalla de luz.
¿Cómo pasó? No lo sé y no trato de entenderlo porque el intelecto es tan frío como el hielo.

Maribel, tan llena de suspiros, tan tierna, tan sonrisa de seda. A veces quisiera romperte las costillas en un abrazo mudo y espartano.

En el trile de tus palabras he perdido las 20 monedas del ahorcado, el pan y el vino, la lámpara del viejo Ali Babá y el garfio del pirata más terrible del mundo.

Tu mirada como dos camafeos de murano y tu sonrisa como el melotrón del mar cuando sube la marea en las noches de luna llena.

Campanilla rocanrol con aroma de canción mediterránea. Tienes un bar de melodías en la zona cosmopólita de Neverland con esquina en mi ciudad.

¿Cómo agradecerte el hecho de estar viva?
¿Cómo agradecerte el hecho de acompañarme en mi vida?

Ahora me pinto una sonrisa con labial en el pecho y me calzo los pies con pantuflas de nubes. Remojo los ojos en el old fashioned de tus sonrisas clandestinas.

¿Cómo agradecerte el hecho de ser el perfume de las divas?
¿Cómo agradecerte el hecho de ser la musa más persuasiva?

El orfeón de grillos no piensa obviar el silencio y la noche sigue oronda por el ponche de tus recuerdos.

María Sodoma

María Sodoma pinta, escribe, lee y fuma toda la madrugada. Es una belleza delgada de piernas largas y melena alborotada. Tiene labios delgados y ojos claros que maquilla con la sangre de las hadas.

Es la pesadilla erótica de los juglares, la puta de sus dedos, la virgen de los sueños robados. El calambre y el orgasmo de las novias castas.

Colecciona ositos de felpa mutilados y algunos viejos enseres de sus enamorados.

Es la señorita que pinta de negro la cursilería de los poetas cabrones. Conoce todos los secretos que una dama debe conocer cuando reina desnuda sobre su cama. Se ha emborrachado más veces que tú y que yo, jode más que cualquier Rocanrolestar contemporáneo y tiene tatuada una calavera en un lugar bastante estrafalario.

La conocí en un bar orinando en un vaso y recitando a Neruda. Me tiró un beso y me regaló un abrazo. A los cinco minutos me cambió por la niña putona que enseñaba las bragas a cambio de propinas,

Siempre viste de negro y nunca olvida llevar un cigarrillo entre los labios.

María Sodoma es la dueña de mis sueños más temerarios.

María Sodoma

María Sodoma pinta, escribe, lee y fuma toda la madrugada. Es una belleza delgada de piernas largas y melena alborotada. Tiene labios delgados y ojos claros que maquilla con la sangre de las hadas.

Es la pesadilla erótica de los juglares, la puta de sus dedos, la virgen de los sueños robados. El calambre y el orgasmo de las novias castas.

Colecciona ositos de felpa mutilados y algunos viejos enseres de sus enamorados.

Es la señorita que pinta de negro la cursilería de los poetas cabrones. Conoce todos los secretos que una dama debe conocer cuando reina desnuda sobre su cama. Se ha emborrachado más veces que tú y que yo, jode más que cualquier Rocanrolestar contemporáneo y tiene tatuada una calavera en un lugar bastante estrafalario.

La conocí en un bar orinando en un vaso y recitando a Neruda. Me tiró un beso y me regaló un abrazo. A los cinco minutos me cambió por la niña putona que enseñaba las bragas a cambio de propinas,

Siempre viste de negro y nunca olvida llevar un cigarrillo entre los labios.

María Sodoma es la dueña de mis sueños más temerarios.

Campanita Rocanrol


Campanita, princesa de cajeta,
sonrisa de algodón. Vistes sirenas
con el sol de la bohemia, con las penas
que limpian tus manitas. Diva poeta.

El aroma dulzón que te completa
el corazón en noches sin verbenas.
En un rincón, obviando las cadenas
de una soledad digna del asceta.

Te siento como el viento de la noche,
te grito con la voz de las estrellas…
quisiera ser tu sol y tus reproches.

Campanita Rocanrol, princesita
de algodón. Si te vistes de pirata
te voy a regalar: un mar de plata.