sábado, 7 de julio de 2012

Será el mar…

¿Será el mar lechoso de tu piel, el rojo de tus labios o el rocío estival de tus cabellos lo que me salve de perder la cordura y estimule mi locura en noches de bruma llena?

 Este insomnio, es un ensayo previo al día que podré escurrir mis manos entre tu cintura, incendiar tus labios con el roce de los míos, inundar tu vientre de lava hirviente y derretir el tiempo que tengo escarchado en mis ojos por no verte.

 ¿Será el mar que crea tus pies al besar la tierra lo que me arrulla por las noches cuando el silencio no se calla, cuando pierdo el hilo de la conversación canalla que mantiene el sol con las estrellas?

 Desviste esta soledad con tus manos, escribe en el viento el nombre que sólo conocen tus inviernos, canta una invocación mágica que naufrague en tus sueños mundanos.

 ¿Será el mar que te cubre de las caricias de la luna, que guarda en un rincón de besos tu cintura o que pule mis huesos con espuma el que te roba la sonrisa que yo quiero guardar sin prisa bajo mi camisa?

 Te veo brillar como una parvada de soles enseñando el escote, como una jauría de poetas aullándole a la noche, como una ninfa que se convirtió en sirena, como una Eva enamorando serpientes bajo los puentes de un castillo de arena.

 Quiero tocar tu cuerpo como un piano, sacarle melodías que curen el silencio, usarlo como mapa para encontrar el gran misterio del universo.

Quiero entregarte mi cabeza para que la uses como florero y puedas colocar los versos que he guardado dentro de mis huesos para tu deleite.

 ¿Será el mar o seré yo el que pueda inundar tus labios con una sonrisa, el que pueda construir en tus noches mil poesías que derrochen palabras disfrazadas de caricias?

 Seré yo…