Para Alejandro Molinari
Arenero de sueño alquimista
que a veces parte el mundo en dos bocados
que se come curando sus pecados
en la literatura surrealista.
Un año más del cuento bien contado,
un año más de poemas y pinturas,
cajitas de colores y esculturas
de un poeta comiteco, enamorado.
Que cante la marimba con la gente,
que no acabe el guateque con la juncia
contenta de esta fiesta sorprendente.
Un abrazo de mil brazos, mago
de la crónica mágica que enuncia
la vida con jubón como un halago.
