lunes, 30 de noviembre de 2009

Chicas poetas

Un beso en las manos de las chicas poetas que bajan braguetas con la simetría de sus letras. Que llaman al pan, pan y al deseo, cariño.

Guarda compostura, no hace falta un cura, sólo noches que tachar.

Paga el hospedaje, vino, nicotina y una rosa con espinas que corone a las meninas que no saben defraudar.

Un beso en las lenguas de las chicas poetas. Si las besas, no sabrás discernir entre todas esas bocas que besaban como locas sin dejar de escribir:

Poemas de cuché en las noches de sobra, rimas de artificio, juramentos libertinos que no pueden faltar. Ditirambos a la luna que no sabe perder ante los ojos de ninguna que no sepa brillar.


Guarda compostura, no hace falta un cura, sólo tiempo que ganar.

Un beso en las mejillas de las chicas poetas que te guían la mano solitaria con sus tres tristes rimas que dicen más de lo que Playboy podría opinar.

Yo que me acomodaba en escombros de miseria y ecos de rutina no sabía que perdía noches de lujuria en los juegos de las chicas que escriben versos olvidando la propina.

Guarda compostura, no hace falta un cura, sólo una ronda de pecados a guardar.

Un beso en las tetas de las chicas poetas que son más geométricas que cualquiera que vaya por tierra teniendo alas fonéticas para volar.

Ya no me importa si mi dama busca otra cama, que se fue con la intención de abusar de la artemisa. Sólo quiero ir a misa con la chica que costuró lo mejor de mi apellido en su falda de novicia.

Guarda compostura, no hace falta un cura, sólo dos que sepan jugar el corazón en silencio y con locura.

Un beso a las chicas poetas por enlutar con letras a las noches sin consecuencias.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Lo que queda de mí

Entre todas las mujeres tenías que ser la menos embustera en amor a cuentas corrientes. Yo que nunca he buscado el romance en la cordura, me perdí en la prosapia de tu lengua sin costura.

El derroche de palabras en tu honor me dejó un doctorado cursi y simplón que he colgado en la cremallera que antes fue el juego de quita y pon sin censura. Ahora apenas puedo escribir tu nombre acompañado de algunas palabras borrachas en el polvo de los coches.

Te llevaste todo menos los borceguís de lana que tanto me apasionaban cuando los rimabas con tu vientre envuelto en llamas.

Te diste a la fuga a mitad de un suspiro mientras yo cocinaba los besos para el desayuno después de una marejada de rasguños encadenado en la cama.

Lo que queda de mí será donado a las otras, que no reparaban en completar las palabras cuando te olvidabas que yo también necesitaba frases de amor en la madrugada.

Lo que queda de mí será el despojo de un camaleón que aprendió a convertirse en tus sueños cuando ya estabas de musa enamorada en camas sin dueño.

Lo que queda de mí será el recuerdo burlón de un corazón sureño.

viernes, 27 de noviembre de 2009

martes, 24 de noviembre de 2009

Tu silencio y el mio

Saca tus maletas y guarda lo menos indicado, en el viaje que tengo planeado no hace falta más que mis labios y tu cintura. Pierde el miedo a quedarte enamorada que yo no soy de los que usan tú antigua morada tan solo para obviar la calentura.

No lleves botas ni ropa. No te servirán de nada si estamos toda la noche platicando sobre el rastrojo de una cama alquilada.

No olvides la llave de tu castidad impuesta y si traes el licor de frambuesa no respondo si comienzo con la poesía francesa. No olvides el jabón y las burbujas para espantar a las brujas de la vida moderna.

Puerto de caricias, muñeca de marfil, nadie tiene por qué saber lo que pasa entre tu silencio y el mio.

Dirás que dormiste temprano y yo diré que el tiempo se fue volando en papeleos y mandados.
Nos veremos en el rincón de siempre. Donde no existe el pasado y el futuro no es la extremaunción que dejan los votos y los anillos en liquidación.

Vamos a quitarnos la melancolía de una sobriedad a lado de parejas aburridas y preocupadas por enlutarnos ante sus manos amantes que juegan como nosotros al orgasmo sin soledad y con chistera.

Al final hogar dulce hogar sin huella de esta querella de cama ajena al sol de la mañana.

lunes, 23 de noviembre de 2009

El fantasma de la madrugada

Diario de navegación del capitán Espada Oxidada


Una noche sin estrellas jugaba a contarme las canas, las penas por amor perdidas y en todas las veces que pensé en limarme las venas. Entre la pereza y el hastío decidí dormirme deseando despertar un poco menos vivo. En ese momento se apareció el fantasma de la madrugada que llevaba por nombre: Camareta, antiguo tripulante de esta embarcación ambulante.

El espectro tenía la mirada triste y bebía arena en una botella de ron.

-¿Qué pasa Camareta? Te ves como me siento.

-El cielo no es lo que esperaba -respondió-. Al principio te lo pintan tan barroco y romántico pero en realidad es burocrático y rompe con la semántica poética que enseñan los abuelos.

Waildes!* Yo que esperaba morir para dejar de sufrir en esta vida y resulta que la otra es igual de aburrida.

Camareta bebió un largo trago de arena.

-No, capitán Espada. No todo es tan horrible en el otro horizonte de la vida, el Infierno es todo lo contrario a lo que acabo de referirle. Hay ciencia, arte y poesía.

-¿Y qué diablos esperas, cabezota?

-No es tan fácil capitán, el diablo se ha vuelto resabiado y ya no deja entrar a los piratas porque dice que somos los más humanos del planeta.

-No todos tenemos la suerte de nacer poetas. Camareta, puedes seguir en este barco que antes fue tu hogar y tu lugar de trabajo.

Anécdota
Camareta -en vida- era tan guapo que ninguna dama digna de la santidad podía resistirse a su encanto. Una noche cualquiera, un grupo de sirenas llegó a enamorarlo con una extraña canción. Lejos, muy lejos de todo, las ondinas devoraron su cuerpo y con sus huesos construyeron joyas para verse mucho más hermosas.



Noche
Camareta seguía bebiendo arena.

El fantasma conservaba la imagen de un chico de 20 años, esa edad tenía cuando pasó a supuesta mejor vida. Pero su apariencia estaba por completo sumida en una depresión aún más aguda que la mía.

-Pero capitán, este barco ya no tiene dirección.

Cuando dijo eso, me levanté y me sacudí el jubón.

-¡Camareta! Dime donde están tus sueños y tendremos rumbo de nuevo.

El fantasma de la madrugada sonrió y me dio una botella de ron marca ‘Paraíso’

-Bebamos hasta encontrar el destino.









*Waildes es una palabra piratesca que se usa para designar algo que es muy salvaje.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Guarravisión

¡Un autógrafo guarresco!

Esmailín Alot volvió a brillar en ojos extraños


Lo conoció en la fiesta de un amigo en común. Ella se encontraba sentada en una mesa bebiendo vino tinto cuando él se apareció. Estaba borracho y tenía una pinta extraña que no encajaba en la ciudad donde se encontraban.

El chico fue a saludar a gran parte de los invitados y principalmente al festejado. Tomó asiento en una mesa donde se encontraban algunos de sus colegas que le recibieron con algunos abrazos.

Esmailín tenía una sensación rara. Sentía una atracción mundana por aquel extraño vestido de negro. Tenía un aire encantador a pesar de la cara de sangrón.

Comenzó con las averiguaciones y le dijeron que se llamaba Eslogan y que tenía por oficio las letras y el alcohol.

Esmailín apagó el cigarrillo que tenía entre los dedos y en una servilleta comenzó a escribir algo con letra apresurada, al terminar le pidió de favor a un mesero que le llevara la nota al caballero de negro quien luego de leer el mensaje y sonreir como sólo Malicia puede hacerlo, se colocó los anteojos y buscó a la dueña de esa letra imperfecta.

Esmailín bebía de su copa y veía como Eslogan recorría a los invitados tratando de encajar el rostro en aquel extraño mensaje. Cuando posó sus ojos sobre ella se detuvo un instante y siguió la búsqueda hasta que se decidió por guardarse la servilleta y pedir otra cerveza.

La remitente sacó otra servilleta y escribió un nuevo mensaje que nuevamente sería entregado al caballero de negro pero por otro emisario.

Esta vez, la reacción fue más graciosa, pues vio como las mejillas del chico se pusieron coloradas y fue la burla de todos sus camaradas. Con una sonrisa apenada comenzó a escribir algo en una nueva servilleta y pidió al mensajero que se lo devolviera a la misma dama.

El mensaje decía:
“Después de todo, conocer tu rostro rompería el encanto”.

La pequeña bromista prendió un cigarrillo y se puso a recordar que esa misma mañana le había dicho lo mismo que decía el mensaje a su novio y éste simplemente le puso una cara aburrida y le pidió que cerrara con fuerza la puerta al salir.

Envió una nueva servilleta repitiendo toda la parafernalia y en seguida llegó la respuesta:
“Sufrimos del mismo problema”.

Esmailín suspiró y lo vio con cautela. Se preguntó el porqué lo familiar rompe con lo espectacular y hasta le quita la pleitesía a la poesía.

El siguiente mensaje sería para pedirle el número de celular. Al obtener respuesta se despidió de sus colegas y se fue sin voltear a ver a su extraño.

Desde esa noche, los mensajes que antes eran menospreciados fueron enviados a otros espacios. En otros ojos consiguió caricias y otros labios le pintaron sonrisas.

Desde esa noche Esmailín Alot recuperó su poesía y se acostó temprano para enviar misivas a su extraño sin olvidar las dos palabras de rutina al novio de años que sólo daba un timbre de enterado.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Reflejo

El desierto de agua me había hecho perder la cordura y no sabía si lo que veía era mi reflejo en las aguas del mar del tiempo.

Un monstruo flotaba en las aguas pasivas de un mar somnoliento. En sus tentáculos habían restos de marinos devorados y momificados con el bálsamo salino del viento.

Los esqueletos flotaban como bailando al ritmo de las olas en silencio.

Hace meses que mido las horas contando las lágrimas oxidadas en mi espada sin brillo. Hace meses que ya no distingo los sueños de la realidad. Si es que aún tengo cordura en lo que veo y creo con sinceridad.

Aquella aberración tenía un olor fétido y era del color de mis pesadillas.

Miedo, sentí miedo de averiguar que en realidad veía mi reflejo, que en realidad estaba frente a frente con el estado decadente que me habían dejado los años de naufragio en un mar indecente.

Me tocaba el rostro y las extremidades para saber si lo que veía correspondía a lo que sentía pero mis manos habían perdido el tacto, no reconocían lo que tocaba.

¿Aún hay vida dentro de mi cuerpo?
¿Cómo sé si no estoy muerto?

El barco siguió la dirección del viento y aquella extraña cosa se perdió en el horizonte. Nunca supe si lo que había visto era mi reflejo en las aguas del mar del tiempo.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Sucede que perdí el norte

Sucede que perdí el norte y ya no encuentro destino que me pueda aficionar. Seguiré el sendero que sugiera el viento, no haré más preguntas ni buscaré miradas absurdas que prometan felicidad. Guardaré silencio en todo momento hasta que mi lengua olvide
pronunciar las palabras que tantos tormentos me han sabido procurar.

Los albatros que guiaban mis pasos se han perdido en oriente. Quisiera al menos saber si aún me sobra corazón para luchar contra las tormentas y los monstruos que vencía cuando las estrellas sabían brillar, aún contra corriente.

Voy a tirar todas mis cosas al mar y desnudo seguiré viajando hacia ningún destino con la certeza de no hallar jamás lo que había imaginado.

Ésta pluma, antes, sabía escribir con alegría, ahora la tinta es tan amarga como el vinagre que llevo por sangre, ahora es tan amarilla como mis dientes bañados en nicotina.

Sucede que perdí el tiempo trazando rutas que al final me llevaron al mismo lugar de siempre. Ya no quiero navegar en esta latitud que sólo sabe de oscuridad y esclavitud. Estoy harto de esperanzas paganas y de una fé que ya no mueve montañas.

Moriré en medio de la deriva continental, del viaje de Ícaro al sol, del corazón delator. Moriré solo, pero seguro de haber intentado llegar al tesoro que nunca existió.

sábado, 14 de noviembre de 2009

En el Justwine (solovino) de madrugada

Ángel, Daniel, Daniela y Luis
Solovino.
Después de coincidencias surrealistas y bailes de coxis excéntricos: una foto azucarada.



Así estábamos de nebulosos.





viernes, 13 de noviembre de 2009

Lo conoció en un concierto de rock ‘n’ roll

Foto: Paulyna


Ella lo conoció en un concierto de rock ‘n’ roll a mitad de la canción perfecta.

Aquel caballero de gafas oscuras resaltaba entre la multitud por su sonrisa perfecta, su ropa correcta y la pañoleta coronando su extraño peinado.

Ambos escuchaban con la misma pasión aquella hermosa canción.

Luchó contra una marea de cuerpos excitados y gritos conmocionados. Navegó en los mares de sudor y saliva hasta que llegó a lado del amor de su vida.

No dejaba de observar aquellos labios rosas que florecían con la sonrisa más deliciosa.

Ella deseaba tanto abrazarlo y perderse en el aroma de su cuello. Decirle que era el hombre más hermoso de la noche y que su cuerpo moría por darle hospicio sin cobrarle el servicio ni la propina.

Pero se conformaba con hablar con sordina.

Quería contarle que su novio ya no sabía hablarle con ese aire galante, que había perdido el don de la caricia de corazón y que de pronto las amigas eran las musas de compañía de aquel gran cabrón.

Él podría ser el nuevo dueño de su alma, su tiempo, su amor, su cama. Pero el concierto terminó y en un descuido de atención aquel chico se ahogó en la marea de estupor.

A la salida el novio cabrón la esperaba para llevarla de nuevo a su mansión.

Mientras aquel fulano le repetía lo absurda que era la vida a su lado, ella estaba en la luna, pensando en el chico de extraño peinado.

Ella lo conoció en un concierto de rock ‘n’ roll y jamás lo ha olvidado.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Basta

Basta de perder el encanto que tanto me alegraba las noches sin dormir. No quiero llegar a casa y encontrar a una mujer que ya no me pinta sonrisas cuando se pone a escribir.

Basta de cambiar tus cariños por esos guiños aburridos que no me causan emoción. Temo encontrarme con las alas que, escondí, para no huir de ti después de alguna absurda discusión.

Basta de esas caricias sin alcurnia de suspiros que inspiran tan sólo interrogantes de lo que ocultas en el clóset o debajo del colchón.

Tus anteojos ya no me inspiran a dibujarte en servilletas, tus cabellos lacios no son motivo de ilusión y tus pasos ya no suenan a tambores que redoblan en mi corazón.

Guarda las promesas que firmé con los ojos vendados y grilletes en los pies. Llegará el día en que hagas lo mismo con algún patán: cuando él te olvide como me olvidaste a mí, sabrás porqué en tantas noches aprendí a sufrir.

Nunca fuiste muy brillante y lo interesante se perdió, ahora quiero un momento en calma para olvidar mi frustración. El ego perdido es más letal que la guerra, el clero, el gobierno y el puto reggaetón.

León Colomo Tushi






¿Es mi imaginación o se volteó con asco después de haber visto mi foto?

martes, 10 de noviembre de 2009

La mirada disecada

Nurieta adoraba los ojos de Carlota por tener el color del mar. Se pasaba la noche besando el rostro de su amada acomodando palabras de amor hasta el final de la madrugada.

En ciertos días le encantaba acurrucarse entre sus piernas a beber la sangre juez y parte de la rutina de ser una dama.

Nurieta adoraba los ojos de Carlota porque al reflejarse se veía más blanca de lo que era, sus cabellos rojos parecían fuego y sus senos pequeños perdían el límite de los sueños.

Fabricaba esculturas con su cabello, inventaba planetas con su nombre y desvirtuaba a la luna por no ser tan dulce como ella.

Nurieta tenía la edad de las niñas y Carlota poco le faltaba para ser una vieja, pero su amor no conocía esas distancias que se miden en años y se cuantifican con canas.

Los ojos de Carlota sabían mirar sin desviar la mirada, sabían desnudar a las niñas sin ser despiadada.

Las dos sabían curarse la soledad incluso en las mañanas.

Nurieta adoraba los ojos de Carlota por ser los únicos testigos de sus alas rotas, de sus piernas chuecas de sus tetas cortas. Por adjudicar simetría a una fisonomía que apenas comenzaba a lidiar con la mutación de su anatomía.

Cuando se volvió mayor, su amada apenas caminaba. Se volvió abuela la mujer que tanto amaba.
Nurieta adoraba esa mirada que –a pesar de todo- besaba al culminar la mañana.

Carlota murió y Nurieta jamás volvió a sentirse enamorada.

Desde entonces, todas las noches limpia el frasco donde descansan esos ojos que tanto adoraba.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Culebras en el cielo

Hay culebras en el cielo y se arrastran con maldad:
Yo me creo tus mentiras si las dices con bondad.
Sigo tus pasos aunque pierda dignidad, busco el escondite de tus miedos para justificar mi sobriedad.

Hay culebras en el cielo y se arrastran con maldad:
Tengo filos, tengo balas que te quiero mostrar.
Esta noche no busca suspenso ni guarda miedo en su vanidad. Habré de verte muerta mucho antes de cenar.

Hay culebras en el cielo y se arrastran con maldad:
Ese malhumor ya no lo puedo tolerar.
No llegarás a casa a dormir, las culebras te advirtieron de los filos de las balas y que puedes morir.

Hay culebras en el cielo y se arrastran con maldad.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Mi pequeño tributo a Cindy, put your boots on...

"Y mi señor me brinda amor seguro;pero al decirme ayer cuánto me adora,tembló mi corazón, como al conjuro,de "quien cayó en la guerra", al pie del muro,y que es feliz ahora."

-Allan Poe