miércoles, 27 de enero de 2010

Guadalajara

Me encuentro en Guadalajara.
He venido a darle un polvo a mi creatividad.


Abrazos a todos mis lectores
besos a mi lectoras y una agradecimiento
a mis detractores.

D.

viernes, 22 de enero de 2010

No importa

No importa que estés tan lejos, no importa que nos separe una mesa con botellas medio muertas y colillas encendidas. No importa que estés sumida en recuerdos donde yo no tengo gloria ni tormento.

Puedo tolerar que me engañes con tus feligreses anónimos o que pierdas la cordura pensando en la cintura de algún galán de alcurnia y magazine.

Puedo dejarte ir con aquel patán en mangas de camisa.


No importa que pases todo el día pensando en todo menos en este fulano que daría su corazón por el placer de verte sonreir cada mañana con el cabello revuelto y los ojos iluminados con devoción.

Puedo guardar silencio y no contradecir ni una sola de tus fechorías. Incluso, aceptar que me dejes el cuerpo deshabitado de besos y que tus labios sean la ofrenda para los menos indicados.

Puedo admitir que no soy yo el que te roba suspiros cuando juegas con tu almohada.


No importa que me tenga que conformar con el olor de tus cabellos o imaginar el sabor de tu brillo de labios. No importa que jamás pueda tocar tus manos ni acariciar tus pies.

Puedo resignarme a que no seas mía en esta vida ni en las demás.

Puedo aceptar ser un fantasma, pero por favor, nunca te cubras ese bendito escote que me dejó en este estúpido furor.

jueves, 21 de enero de 2010

Hablaré de ti

Visitaré templos, maestros, escuelas, lugares. Viajaré con gitanos, músicos, pintores, putas, poetas, asesinos. No descansaré hasta encontrarte surgiendo del pantano. Con la piel abierta como un loto solitario. Con la voz afinada con la flauta de Pan, con el sexo –inmortal- bañado con la miel que escurre en los dientes del felino que viaja con el sol.

Me acabaré la voz la voz gritando tu nombre en la inmensidad de los mares, las esquinas de los pueblos, la espesura de la selva y la hospitalidad de los bares. Hablaré de ti, hasta que tu nombre cobre ese misticismo absurdo que abre las puertas de la magia al corazón fulano que sueña con presumir el blasón de la poesía.

Viviré en un barrio lleno de ratas y borrachos, para guarecerlo con tu sonrisa y pintar tu rostro en las paredes de mi habitación con trozos de ceniza. Para limpiarlo con tus pies descalzos y bendecirlo con el sudor de tus manos.

Levantaré un altar oscuro en tu honor con piezas de cera dispuestas al maleficio de amor.
Bajo este árbol sacaré la guitarra y compondré una canción con la voz hundida en la más absurda devoción. Cantaré hasta que mi lengua se escurra y fecunde la tierra con el alfabeto que surgió para escribirte poemas lamiendo tu cuerpo.

Hablaré de ti, hasta que los pájaros aprendan a cantar rock ‘n’ roll, los muertos dejen de soñar con gusanos y venga un nuevo redentor a lavar con sangre la ropa sucia del pecador.

Abriré tu pecho para acariciarte el corazón y cubrirlo con un manto de besos con sabor a río que endulzará tu saliva.

Cerraré tu pecho con esperma agridulce, acariciándolo con mis manos y costurándolo con mis labios. Con los ojos hinchados de gozo por ser los primero en verte desnuda antes del amanecer de tu cuerpo.

Hablaré de ti hasta que mi nombre se disuelva en el tuyo y nuestra sangre se vuelva oro y el oro alimente a los pueblos.

Hablaré de ti hasta que los ríos repitan tu nombre y los pájaros el mío.

lunes, 18 de enero de 2010

Satania

Un retrato saboriano de la malévola Tania OC.

Esta noche


Prepárame el invierno en la cocina de tu boca con un beso frío endulzado con el sudor de tus labios. Vierte en mí -con delicadeza- la miel con frambuesa que fabrican tus días de mujer cuando la luna muda de piel.

Vacía en mi corazón el jarabe de besos que preparan tus manos cuando acarician mi piel descalza sedienta de rasguños. Limpia de escarcha al metrónomo de mis latidos y canta la canción que escondes en el sótano de tus senos.

Abre el portón de huesos y muéstrame la ciudad de versos que dormita bajo el cielo de tu alma.

Pon tus miedos en un barco de papel y llévalos por una travesía al mar del inodoro.
Manda una tormenta de sonrisas y haz que muera la embarcación. Que no sobreviva nadie, que no paguen su derecho cristiano a la resurrección.

Comulga con la tristeza y acuéstate con ella. Acaríciale la piel y moja tu pluma en su saliva para escribir las mejores misivas de amor al mayor entre tus conquistas.

Deja de flotar con los pies que para eso tienes un par de alas refundidas en tu espalda. Abre los ojos y emprende el vuelo a las estrellas. Vuélvete polvo cósmico y fabrica planetas con tu piel. Convierte la materia en vida, transforma la energía, regresa a la tierra como un ángel transparente pringado de estrellas.

Esta noche quiero guarecerme en mi almohada y pintar en las cavernas de mis sábanas pinturas rupestres que hagan el recuento exacto de las noches que he pasado imaginando ser el sol que se escurre por tu piel. Ser la luna que te desnuda cuando estás a solas en tu habitación sedienta de las caricias en mano de varón.

Esta noche no tiene punto final ni suspensivo. Es un capítulo de horas que no puedo leer a oscuras. Son gritos lejanos, perros aullando, fantasmas caminando en círculos en mi cama, estrellas cayendo al mar, insectos devorados por arañas, zancudos robándome la sangre, serenatas a la mujer del prójimo, pasos desesperados, martilleos fantasmagóricos, televisores burlones, gatos enamorados y pensamientos de amor aglutinados en mi eterno retorno.

Esta noche vuelvo a leer poesía en esta habitación donde antes fuiste mía, donde dejaste la ternura en el suelo y te quitaste las bragas con la mirada perdida en la esquina más oscura de la lujuria.

Esta noche huele a café y al sudor de tus piernas. Tiene el mismo eco de tus ojos cuando sonríen con esa mirada que sustituye a tus palabras.

Quisiera que el sol se demorara un par de horas más y seguir llorando en esta oscuridad lágrimas de esperma que fecundan letras en el vientre de mi soledad.

Esta noche me engancharé a tus silencios, nadaré en tu orgullo, me bautizaré en tu sinceridad, ahogaré mis miedos en tus pies, me reiré de tus pretendientes, te dibujaré con ceniza y aspiraré -como se aspira la cocaína- las pecas que robe de tus hombros cuando te dormiste desnuda en Mazamitla.

Esta noche igual que anoche suspiro por ti, mi querida novicia. Antes que tomes el hábito de pitonisa déjame jugar contigo a burlar con lujuria los seguros de tu camisa y los retenes de tu sostén. Avienta la falda al abismo del suelo y cúrame las heridas con tus bragas empapadas con aceite de niña.

Esta noche eres mía, mañana será otro día.

miércoles, 13 de enero de 2010

Proezas

Lavaré tus pies cuando vengas del desierto con la piel del león envuelta en tu cuello. Besaré tus manos con sangre cuando me traigas el corazón de tus recuerdos. Cuando vengas vestida con la miel del tiempo lameré tú cuerpo. Te haré mía en el suelo procurándote un poco de dolor para que jamás olvides el perfume de amor en nuestras noches de cama.

Dejaré que bebas de mi sexo y vuelvas mi vientre un desierto. Dejaré que abras las piernas y me inundes la boca con el mar que surge cuando tu cuerpo pierde los modales y se transforma en un animal hambriento.

Voy a escribirte una canción percutiendo los huesos de las aves que mueren en mi jardín. Voy a cantarte una canción mientras te desangras viendo a la luna desnudarse como ninguna. Lloverán estrellas y te cubrirán el rostro de pecas, lloverán moscas y te coronarán con la saliva de las diosas.

En mis bolsillos guardo tu himen. Con el tiempo ha cobrado forma de mariposa y de cuando en cuando recita poemas de amor y canciones desesperadas. Cuando hay peligro vuela, cuando hay paz grita y cuando hay silencio escribe en mi pecho el recuerdo de mi bautizo con tu sangre de virgen.

Hablo hasta dañarme la lengua y escribo hasta perder la consciencia. Quiero llegar a límite donde el espíritu se vuelve materia y la materia se vuelve fantasma. Quiero ser el alquimista que transforme el fruto de tu vientre en oro viviente.

Entierra tu lengua en mi pecho y bebe mi sangre mezclado con la tuya. Arráncame los labios y bebe mi saliva mezclada con la tuya.

Observa mi cuerpo, es idéntico al que envuelve tus huesos.

martes, 12 de enero de 2010

Brindando a José Alfredo Jiménez

Barcelona, España - Conseguir que artistas de la talla de Andrés Calamaro, Carlos Ann, Enrique Bunbury, Mariona Aupí, Javier Corcobado, Bruno Galindo, Instituto mexicano del sonido, Lety Servin, San Pascualito Rey y Tonino Carotone entre otros suban juntos a un barco no es tarea fácil si no es porque al final del viaje les aguarda una paradisíaca isla ajena al atroz ritmo y valores de la sociedad actual.
Ese lugar utópico para la mayoría de los mortales, se ha tornado en realidad para todos ellos y no es otro que el maravilloso universo del compositor guanajuatense JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ.
Considerado uno de los mejores compositores mexicanos de la historia, compuso más de mil canciones y su obra ha sido interpretada por cientos de artistas mundialmente reconocidos y llevada a infinidad de géneros musicales.
La aventura la inician los artistas Carlos Ann y Mariona Aupí con motivo de su común deseo de compartir su devoción por el compositor y mostrarle su más sentida admiración.
Enseguida se configuró una lista de músicos de repercusión internacional, pero ante todo, artistas con el común deseo de mostrar su amor y respeto por el gran legado que dejó José Alfredo Jiménez.
El hijo del compositor, Jose Alfredo Jiménez Jr., mostró desde un inicio su apoyo y agradecimiento. Después de muchos meses de trabajo, reuniones y escucha de canciones, el resultado final verá la luz proximamente.
Participan también en el proyecto los españoles Refree, Mercedes Ferrer y los Mexicanos Leticia Servin, Liver Terán, Twin Tones, Natalia Lafourcade, Salev Setra, Monocordio y Los Actors.
Jose Alfredo Jiménez fue considerado el compositor del pueblo y por ello y siguiendo la premisa principal del proyecto - que no es otra que dar a conocer su obra a las nuevas generaciones -


Fuente: www.carlosann.com