Brindando a la Ocampo (dos sonetos a Satania en su cumpleaños)

I

Una velita más, una canita
también. Mayo termina y Tania
camina al exilio sibarita
del tiempo enjaulado en nicotina.

Compañera de tragos, tan bonita,
tan borrachita. Así es mi Tanina.
Tan briboncita y tan fulanita.
Es más que una belleza de cantina.

En Macondo dejó el corazoncito
empeñado al mejor de los gitanos.
Era una estrella, se animó a encantarnos

con su ripio histórico de labia
con odio al relativo-suspensivo.
Un año más vieja, un año más (más) sabia.

II

Con estrambote

La media noche trajo el reproche
de un año sometido a la fanfarria
(sacra y retroactiva) en mi coche.
Benditos los silencios de la ‘patria

perpetua’ que nos dejan pan con leche
debajo de la luna con miel agria.
Escucha mi soneto por la noche,
conviértelo en canción. Usa lencería

que rime con tus puntos suspensivos
y no pierdas el rumbo en tu goleta
que aún me sobran estrellas y libreta

para joder (con perdón) a tus divos.
¡Han venido gitanos al cumpleaños
de nuestro caballero! han venido

cargados de letras y mucho ruido.
¡Han venido los gitanos! y traen hielos
morados que bajaron de los cielos.

Al felino que es gato y es verde

Para Mauricio

Con la voz afinada en bohemia
¡qué derroche de poesía! Que valiente
el Rayo que no teme al aguardiente
que vuelve tan demente al que lo apremia.

El viejo cucaracha en pandemia
de locura ahora hinca el diente
al felino (que es gato elocuente)
y pinta sus bigotes con bulimia

de boleros en piano y guitarra.
El gato verde pierde al transeúnte
de Nicolás Romero con su puente

y su jarra de vino que restaura
al poeta roquestar de Justo Sierra.
Mi vecino en esta nueva tierra.

Mal tiempo, mala cara (con sarcasmo)

Mal tiempo, mala cara. Los problemas
se resuelven con mutis de patrañas.
¡No optimismo! Ni filos de guadañas
con la sonrisa rígida de flemas.

Evitemos los ripios con fonemas,
simplones de albricias, las lagañas
húmedas con sudor de telarañas.
¡El mal tiempo se cura sin carismas!

¿Para que reír sin risa a la carta?
El fanfarrón en misa guarda muerta
la premisa de salmos pacotillas.

¡Mal tiempo! es mejor callar ¡Mal rostro!
Es mejor dejar huecos al calostro
de amargura en mares de colillas.

Mestruario

En la Guadalajara de Julietas
coquetas y Montescos en calandria
celebro el nuevo mes en la bulería
cervantina de una loca sin anfetas.

Me escribe su poesía en las libretas
de la anarquía. Menina fue en Lemuria,
actriz en Dolce Vita con geometría
tapatía. Se bañaba con pequitas,

patas de cabra, vino y sirope
de prosapias en coplillas de miope.
Con perdón de Joaquín y san Quevedo

me aviento a festejar mi amor por Torres
en once sílabas rúnicas, cantares
y telepatías (movi) cuando puedo.

Corazón rocanrol

Corazón rocanrol, magia en boda
cananea, si me pides tregua, muevo
la goleta al sístole del nuevo
planeta con esquina en días de moda.

Corazón rocanrol, güisqui con soda
de limón, si me dices: sí, te llevo
al infierno del poeta y elevo
al relevo que el sol acomoda.

No me pidas lo peor, no me avientes.
Bendito el oráculo sin dientes
que quita el castigo del mundano.

Exiliar es: domingo sin un trago
que vea los restos sobrios de aquel mago
sin roedor en chistera de fulano.