lunes, 31 de mayo de 2010

Brindando a la Ocampo (dos sonetos a Satania en su cumpleaños)



I


Una velita más, una canita
también. Mayo termina y Tania
camina al exilio sibarita
del tiempo enjaulado en nicotina.

Compañera de tragos, tan bonita,
tan borrachita. Así es mi Tanina.
Tan briboncita y tan fulanita.
Es más que una belleza de cantina.

En Macondo dejó el corazoncito
empeñado al mejor de los gitanos.
Era una estrella, se animó a encantarnos

con su ripio histórico de labia
con odio al relativo-suspensivo.
Un año más vieja, un año más (más) sabia.


II

Con estrambote

La media noche trajo el reproche
de un año sometido a la fanfarria
(sacra y retroactiva) en mi coche.
Benditos los silencios de la ‘patria

perpetua’ que nos dejan pan con leche
debajo de la luna con miel agria.
Escucha mi soneto por la noche,
conviértelo en canción. Usa lencería

que rime con tus puntos suspensivos
y no pierdas el rumbo en tu goleta
que aún me sobran estrellas y libreta

para joder (con perdón) a tus divos.
¡Han venido gitanos al cumpleaños
de nuestro caballero! han venido

cargados de letras y mucho ruido.
¡Han venido los gitanos! y traen hielos
morados que bajaron de los cielos.

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