martes, 23 de septiembre de 2008

El hombre gusano que en el desierto se coronó mariposa.

Inspirado en el Sr. Ann

Coronando sus pies con el polvo del desierto va buscando un futuro incierto bajo la espiral de buitres que bendicen su largo camino… deseándole la mejor de las muertes.

Lleva en su mano un cayado de hueso y en su garganta el minutero perverso de la palabra en armonía con el viento.

Va encontrando una cofradía de balas perdidas que hacen poesía con su cuerpo.

Se desnudan ante la noche y dejan que sus lenguas de pólvora escupan saliva con la simetría de una tipografía.

El poeta deja que sus botas caminen por él.

Sonríe descarada y maleducadamente ante el cadáver de un pusilánime que no aguantó el viaje propuesto por su anfitrión vestido de desierto.

El cuero negro que cubría su cuerpo se volvió el refugio de una familia de buitres.

Silencio…

(Se detiene a beber absenta)

El hada drogata que le seguía de cerca, perdió la cordura y se entregó desnuda a los restos de lo que alguna vez fue un santo que pronosticaba el mal tiempo.

La tristeza no se va y la noche comienza a pintar estrellas que se maquillan el cuerpo y comienzan a reír en la oscuridad vertiendo láudano en el viento que salpica heridas en el desierto.

La infección del miedo acompaña al viajero mientras repite en su mente:

“Sólo soy un hombre solo acompañado”

Y le da un empujón a la perversa soledad vestida con las faldas de la nada.

(Rueda moribunda con una sonrisa estampada en la cara)

El miedo se vuelve canción que rima con la infección del l´amour polucionado por el simple hecho de erotizar al glamour del poeta, cantante y canalla.

Los gusanos habitan en las calaveras de los santos que encontraron su cielo en cada una de las espinas de los cactus que penetran las dunas del desierto.

La barba se le llena de tiempo y el tiempo se le agota a cada gota de saliva que escupe por la sed que le produce el ajenjo.

Los segundos mueren dejando su cuerpo desnudo para alimentar a las moscas.

Un disparo despierta a los fantasmas de las penumbras que viven en las raíces.

Una nueva bala reposa en el suelo aún roja y hermosa sonorizando su propia agonía.

Silencio…

(Los coyotes revientan su vientre buscando a su dueño)

El rock n roll comienza a manar diluido en las lágrimas del bardo vestido de hombre.

(Sus barbas crecen y se encanecen)

Se arrodilla bajo la ‘crinoline’ de las nubes ofreciendo su llanto a la luna en una orquesta de versos consonantes .

Arranca de su pecho un dije con el rostro de Panero y lo entierra a lado de su sombrero. Se desnuda y con saliva se pega arena al cuerpo.

“Es tiempo de olvidar los pies, y recordar las alas de un gusano coronado mariposa”.

Hace una reverencia al público conformado por las tarántulas y dice:

“Volaré hacia las estrellas”

Y se elevó al cielo con un par de alas de fuego.

El verano, se acabó con él.

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