jueves, 25 de agosto de 2011

Belmari


Cubre la suave luna tu chambergo
de plata, tu mirada de pirata,
tu piel de corazón y (sin embargo)
tu sed desnuda, brilla tan ingrata.

Cubre la dura noche aquel encargo
del dios de los cupidos. El que enlata
los suspiros en besos con amargo
chaparrón de entrepierna timorata.

Maribel es la paz de mi apellido
el más dulce suspiro, el aullido
explosivo en canción de madrugada.

Cubre la suave noche tu mirada
azucarada, mágica, violeta
y feliz de mujer enamorada.

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