Por: Dora Patricia Espinosa Vazquez
Daniel Saborío es diseñador gráfico del Diario C* de
Comitán. Siempre le ha gustado la escritura, la fotografía, todo lo relacionado
a la creación, a la libertad, a la expresión. Se define como una persona
onírica. No se considera como un periodista sino como un creador. Al respecto,
responde las siguientes preguntas:
¿Cómo ha sido la labor para ti de diseñador, escritor y
entrevistador del Diario C*?
Ha sido bastante entretenida. Me ha dado la posibilidad de
conectar con muchas personas que antes no imaginaba, en el ámbito de la
entrevista, en el ámbito literario del periódico, porque diseñar una plana es
nada más darle orden a lo que te pasan los reporteros y editores, pero mis
intereses van mas allá de lo que es el diseño. Contactar con las personas, poderlas
conocer más a través de la entrevista es como un espacio íntimo. Es como
desnudarse ante otra persona y que esa persona se desnude ante ti. Eso es lo
que me gusta, poder hablar con las personas y conocerlas y darlas a conocer
desde la perspectiva que ellos mismos tienen. Desde su ego.
¿Cuál es el espacio donde más te desenvuelves?
En las letras. En ese espacio puedo hacer mucho. Para mí,
conquistar a una mujer escribiéndole no me representa ningún problema, aunque
sea una mujer muy extravagante, muy difícil; físicamente, de tú a tú, sí me es
difícil, pero en el sentido de las letras para nada. Creo que en las letras
puedo lograr lo que me proponga, es el ámbito en el que mejor me desarrollo.
¿Por qué este gusto por la escritura?
Siempre he escrito. Desde pequeño la introversión me hizo
buscar formas de expresión. Casi no puedo hablar mucho. Me trabo o no hilo con
coherencia lo que voy a decir, pero sí lo que voy a escribir, lo que voy a
dibujar, las canciones que voy a hacer, o las esculturitas con plastilina. Más
que nada ¡crear! Sacar todo lo que tengo. A veces es muy difícil retenerlo para
mí porque duele, es como un ardor que se tiene que sacar, como cuando te duele
el estómago y no sabes cómo quitarte el dolor, de alguna manera tienes que
buscar como evacuar todo lo que estás sintiendo. A veces me he sentido como si
fuera una antena muy sensible. Estoy en un determinado lugar y empiezo a captar
todas las emociones que están ahí, me empiezan afectar y tengo que buscar la
manera de sacar esas cosas. Si me las guardo me daña, me altera, me quita el
sueño, tengo que sacar lo que siento. Escribo para compartir.
¿Cuál es tu proceso de creación?
Es chistoso porque muchas personas me preguntan cómo le hago
para escribir esto o en qué me inspiro. Mis historias son muy extrañas o muy
chistosas, pero más que nada son experiencias reales que me han pasado,
simplemente les doy un colorido peculiar. Escribo algo que son las crónicas
anacrónicas del niño zombi. Son crónicas que me han pasado, pero con ese tono
pintoresco o chusco. Son cosas reales, creo que la inspiración es mínima. Basta
irte a caminar un rato por la ciudad y te das cuenta de muchas cosas que pasan
y sólo escribes. Es expresar. Lo que siento ¡lo escribo! Lo que vivo ¡lo
escribo!
¿Alguna experiencia en especial mostró el camino que debías
seguir?
Creo que sí. Una experiencia muy curiosa es cuando estaban
las redes sociales en MySpace. Escribía demasiado, no con un fin en particular,
sólo para externar lo que sentía. Y me encuentro con que un poeta muy famoso,
español, estaba celoso porque su chica le hablaba mucho de mí. Entonces me dije
‘tengo algo interesante qué decir como para que un poeta muy famoso se sienta
así’. Su nerviosismo fue una buena señal. Hay personas que escriben y les da
pena mostrar lo que hacen o escriben nada más para ellas. Yo no puedo escribir
algo que no muestre, tal vez soy muy exhibicionista. Busco la forma para que
haya retroalimentación. Yo puedo sentir muy bueno lo que hago, pero me gustaría
saber cómo consideran lo que hago. Antes escribía muy oscuro, muy depresivo,
porque me sentía muy asfixiado por todo. Escribía para curarme. Llegó un
momento en el que me pregunté si estaba haciendo bien porque eran puras cosas
bastante negativas. Dejé de escribir un tiempo. Me sentí mal con las personas
que me seguían, tenía muchos seguidores en Internet, pero llegó el momento en
que me di cuenta de que a través de esas palabras negativas creaba algo
positivo en ellas. Lo que yo escribía los hacía felices, lo esperaban con
ganas, con ansias.
¿Sigues escribiendo de esa forma?
No tanto como antes, porque no me siento como antes. Siempre
prefiero los estados melancólicos porque creo que se escribe más rico cuando
estás en estado depresivo, pero ya no para auto inmolarte o sacrificarte sino
para darle una estética a la melancolía.
¿Por qué el Tarot?
En un estado de preocupación por ayudar a las personas y ver
si podía ayudar con mi arte fue que empecé a buscar alternativas, y me pareció
que el Tarot es una opción bastante positiva para ayudar a las personas. Muchos
se me acercan preguntándome qué les depara el destino o qué les va a pasar,
pero es destino, no existe, tú lo vas construyendo. Lo único que hace el Tarot
es reflejarte. Es como un espejo en el que te das cuenta de muchas cosas que tienes.
Si te ves en un espejo normal te reflejas físicamente, tal como eres, pero en
el Tarot reflejas todo lo que traes dentro, cosas que no te habías dado cuenta.
Es como si tuvieras una corona de espinas, pero en el espejo no puedes verla,
es invisible. El Tarot lo hace visible, el inconsciente ahí sí se refleja.
Tienes que interactuar con las cartas. El lector de las cartas te dice qué es
lo que tienes, te orienta y te da un consejo psicomágico, que es un acto
teatral, un acto inconsciente que tu cuerpo entiende. Es una liberación
artística. Lo que trata es tocar a la persona, tener ese contacto físico,
ayudarlo a desbloquear ese problema a través de un acto sanador, un acto
psicomágico.
¿Desde cuándo?
Empecé a estudiarlo hace tres años. Desde pequeño me han
gustado las cosas esotéricas, pero fue en Guadalajara que me pude desarrollar
mejor en ello. Allá es un campo muy abierto para la magia, en cualquier parte,
en cualquier esquina, te encuentras una librería esotérica o a gente que está
haciendo limpias o curaciones. Tuve la oportunidad de meterme en un taller con
Cristóbal Jodorowsky. Eso me enfocó un poco más al tipo de lectura que ellos
hacen, que no es una adivinación del futuro sino una ayuda para construirlo. Lo
que se maneja en esta escuela es una ayuda psicoterapéutica y psicomágica para
abrir candados que tienes desde tu niñez a través del Tarot, es un test muy
efectivo.
¿Cómo te identificas con el Tarot?
Siempre he sido animista. Cuando hablo lo hago siempre con
muchas especies de analogías, muy inconscientes, muy extrañas, quizá hasta
surrealistas. Por eso muchas personas no me entienden o piensan que soy
demasiado escatológico. Cuando quiero dar a entender una idea la hago a través
de imágenes visuales. El Tarot es eso, imágenes visuales que comunican. Eso a
mí se me hizo muy agradable. Al ver que tenía la posibilidad de ayudar a las
personas con esa herramienta, me aferré a ella y la estudié y la sigo
estudiando.
Independientemente del Tarot ¿cómo ves el espejo donde te
reflejas?
Yo lo veo como agua. Como el mar, cuando está la luna llena
y luego baja, cobra formas y otras tonalidades. Tiene vida dentro. Lo veo como
un mar, como un río, agua completamente. Si tuviera que identificarme con algún
color del Tarot sería con las copas, con el agua. Siempre es cambiante, cambia
de formas, las que el universo le dicta.
¿Cómo influyeron los libros en tu vida?
Desde pequeño tuve contacto con los libros. Nunca tuve
novias. No tenía la labia para hablarle a una mujer o para salir con mis
amigos. Mientras ellos se iban a jugar fútbol en la primaria, yo me escondía y
me iba a la biblioteca a leer. Sí, los libros y la música influyeron porque de
alguna manera tenía que expresar y hasta que conocí los libros fue que me
dieron ganas de escribir, de poder expresarme de esa manera.
¿Qué proyectos tienes ahora?
Me gustaría hacer una exposición fotográfica, representando
las cartas del Tarot con figuras indígenas. Es un proyecto que tengo planeado
desde hace mucho. La cultura indígena en sí es mágica por todos los lados en
que la veas y la cultura del Tarot también es mágica. Muchas personas le temen
al Tarot o les atrae, es algo extravagante y todo lo que es raro atrae la
atención de las personas. También me gustaría escribir una novela sobre una
llegada de Cristo, pero en una época actual. Escribí un libro que se llama El
zumbido de las moscas. Yo hice todo, lo escribí, hice el diseño editorial, yo
pegué las hojas, las corté. Un proceso efectivo y bastante divertido.
¿Qué significa Comitán para ti?
Es como un útero para mí. Ya ves que dentro del útero estás
como en un estado apacible y flotas. Tienes alimento. Tienes calor. Estás en un
estado bastante Zen. Trato de hacer en todos los lugares en donde esté ¡un
útero!, un lugar de creación, un lugar aislado. Yo creo que la tierra que pisas
es tu hogar, la tierra que pisas es tu madre. Independientemente del lugar
donde esté, siempre trato de hacerlo mi lugar, mi palacio personal.
Daniel asegura que hacer de su nombre un mantra poderoso es
su mejor motor, no como algo egocéntrico sino para hacer de su nombre una
existencia, posicionándola en un punto del universo, ‘la pareja ideal para mí
soy yo, nadie podría apreciarme tanto como yo mismo’. Concluyó con un consejo a
los jóvenes que están en busca de su camino, la máxima de los telemitas de
Aleister Crowley: “Hacer tu voluntad es la ley”.
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