sábado, 6 de septiembre de 2014

Café por la mañana





Es el aroma del café el que habla,
un grito a la nariz que canta y cuenta
los soles que caben en tu ventana.

Café por la mañana.
Es un rito que aprendí de la nada,
un mito familiar o una idea extraña
de esas que se pegan o se pagan
cuando llega la edad avanzada.

Así sopeo el canto de las aves,
primer guiño del sol,
campanas, ladridos,
metrallas de ruidos.

Café por la mañana.
Encuentro romántico
entre una taza y un desvelo,
mesa y cama para dos,
una soledad compartida.

Empieza la rutina del día
termina la hora del sueño,
así sé que aún soy el dueño
de esta estúpida monotonía.

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