Con la juventud arrugada y la virtud degenerada el tiempo se muere lento dentro de un vaso de licor. Los escotes florecen y las faldas se desvanecen en un mar de sábanas.
Con la luz apagada y la mirada cansada los fantasmas te besan el sueño y te dejan desorientado a la deriva de la madrugada.
Con el silencio de mi sonrisa y los gritos de nuestras miradas se pierden los miedos y se abrazan los labios.
La primavera es la instructora de aerobics de las cremalleras. Las lenguas se visten de serpientes y hacen sus cuevas dentro de ellas.
Con el viento a mi lado me visto de enamorado para escribirle poemas de amor al viejo sol que guardo en el cielo estrellado.
Con los recuerdos de la juventud me hago un soneto fulano y calavera.
Con la soledad a mi lado me hago el amor con la mano.
La primavera aunque se vista de seda, desnuda se queda.
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