El valsador perdió el ritmo en tu cuerpo,
el cantor se olvidó de sus canciones,
el poeta escribió un poemilla tuerto
y yo perdí el pudor en tus faldones.
Apuntalo tu mano en mi bragueta
y tus labios me pintan colorete
sin julepe ni esfuerzo en la banqueta
que media entre tu cuerpo y mi estilete.
A la mademoiselle lo que pida.
Esta noche seré el esclavo justo
que te dará el orgasmo de tu vida.
Al despertar seremos como el basto
universo que esculpe con estrellas
los recuerdos de las noches más bellas.
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