jueves, 11 de septiembre de 2008

Vagina

(Historia de una monotonía)

Punto y aparte del acto nupcial que se ha vuelto el peor manual de sobrevivencia en el amor, el mal amante es una peste tan negra como preocupante.

A la diosa de la saliva que vive entre pilares de hueso con adornos de piel se le olvida recatar el zumo de su poesía para el perfecto mesías con la promesa de la caricia de miel.

Ansiosa de probar el cólico excitante que vuelve un carnaval de aullidos la habitación de dos amantes. Abre los pilares guardianes de su epicentro de mujer.

El mejor amante no ha sabido dar su mejor luto ante el orgasmo que se volvió difunto en menos de un minuto.

Mientras ella apenas comenzaba con la alegoría de suspiros el valiente compañero ya se retorcía en una maraña de gestos poniendo punto final al idílico encuentro.

Vagina bebe del semen sin sentir nada en especial después del tremendo follón de aquel varón analfabeta en el arte del amor.

Descansa húmeda y desnuda. Más insatisfecha que nunca viendo morir al miembro fulano que se despide del mundo palpitando y colmando su hombría con una triste polución vespertina.

No hay lenguas que abracen su cuerpo con pleitesía, dedos que bailen al compás de sus jadeos y labios que beban el río de sus delicias con absoluta sincronía.

No hay miembros que friccionen con soberbia la humedad de sus mejillas.

Sólo existe una palmada egoísta antes de comenzar con la melodía de ronquidos.

La pasión se vuelve una vez más el acto de rutina espectacular frente al telón de las sábanas y el sudor.

Duerme silenciosa con los dedos de su mano tratando de culminar lo que su pareja había comenzado antes de agonizar.

Vuelve a encontrar el placer bajo su propia piel...

una vez más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

nooooooo.....pobre de tu novia si es que tu eres uno de esos tantos casos similares a tu escrito jajajajajajajajajajajajajja....pobre de tus musas!!!!!!



es una fortuna entonces no haber caido nunca en sus garras, prefiero las que me tienen atrapada ahora xD....


saludos querido, siempre es un placer para mi el leerte