sábado, 11 de julio de 2009

Al hombre Intel

El Tiempo.
De niño pasó más tiempo frente al monitor de su ordenador en un mundo huraño repleto de códigos extraños que bajo las palmeras, el sol, los libros, la imaginación y el sueño húmedo con rameras.

Olvidó.
El por qué los demás pierden el tiempo usando las piernas, el cerebro y el dinero en un mundo sin el deleite del delete, altcontrolsuprimir y besos que sólo existen con labios, cuerpos y saliva.

Advertirle.
Que los fantasmas que platican con él en ventanas que flotan y ecos que rebotan son lo más parecido a la memoria del sueño.

Lo que puede pasar.
Sus pies se volvieron raíces, sus manos cables, sus ojos se cristalizaron en directrices, su vientre se escurrió hasta inundar la habitación en la que vivía y su memoria consistía en historiales de conversación guardados en un rincón de su corazón.

Al perder contacto con la realidad.
Su cuerpo se disecó frente al monitor y se comunicaba con el ordenador a través de telepatía en bluetooth.

Se volvió lo que siempre deseó y pereció como vivió.

Al hombre Intel el tiempo olvidó advertirle lo que puede pasar al perder contacto con la realidad.

1 comentario:

Malerige dijo...

jajajaja...fue como describir a muchos de los compañeros de clase de Johnsey, con su loco amor por los cableados y lenguajes de programacion...

haria bien el tiempo en al menos advertirles...pero supongo que si no se los dice en C++ o Java, no lo alcanzarian a comprender....bah

Miss Malerige Rupestrinski