viernes, 4 de septiembre de 2009

Se conocieron en un recital poético




Ella estaba sentada.
Tenía las manos bañadas en sangre por el ramillete de espinas que llevaba como ofrenda a la mujer poeta.
Reposaba la mirada sobre sus pies desnudos mientras acompañaba la métrica poética con rigurosa pleitesía.



La vio.
Desde su butaca olfateó el olor de su sangre y con el sigilo característico de los muertos se levantó para ir en busca de su alimento.
Se paró frente a ella con absoluta soberbia.



Lo vio.
Parecía un niño apenas unos años mayor que ella.



Intermedio.
Con la timidez de infancia que después de tanto tiempo no olvidaba pero con la majestuosidad que dan los años se arrodilló con reverencia y la tomó de las manos.
Comenzó a lamerle las heridas.
La niña comenzó a sentir una excitación muy diferente a la de siempre, sus piernas comenzaban a temblar y sus senos infantiles palpitaban a la frecuencia próxima al pecado.
Comenzaba a exprimirse las manos para darle más sangre al extraño niño que le lamía las heridas.
Cuando no hubo más, aquel caballerito sacó un pañuelo y le limpió con cariño las manos.
Ella se levantó el vestido y con una espina trazó un “Gracias” sobre su pálido muslo izquierdo.
Él lamio su pierna con ternura y después le dio un beso y con la lengua le embarró los labios de sangre.



Se fue.
Tan rápido que ella estuvo a punto de pensar que había sido un sueño, pero la sangre en su pierna, la sensación en sus manos y la humedad entre sus piernas eran los testigos de lo acontecido.



Eterna.
Tenía catorce años cuando entregó su cuerpo desnudo al amor de su vida y se volvió eterna y comenzó a alimentarse de heridas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Quien es este Daniel que escribe como desconcido???

Malerige dijo...

no entendí quien tenía las manos bañadas en sangre al principio porque en el intermedio es ella la que tiene heridas sangrantes...

lamer un agradecimiento....que deliciaaaaaaaaaa


Miss Malerige Rupestrinski
[con dolor de cabeza y sola en viernes...que tristeza]

Cy Bukowski dijo...

Me encanta como escribes. Lo sabes.

Aunque coincido con Malerige en que no se entiende al principio muy bien quién tiene las manos bañadas en sangre, pareciera que fuera él.

El escrito proyecta la imagen de una niña, una pequeña mujer con ojos de miel, un alma inocente que experimenta la excitación. Y la fotografía no guarda ningún sentido con el escrito. Al menos a mi parecer. Aún despúes de entregar su cuerpo, sigue quedando la misma imagen de una niña inocente. Eso no se refleja.

Y el final me parecio muy precipitado.

:) Es sólo una pequeña opinión.

Además de que no me gusta sólo entrar y leer por leer, sino apreciar tus escritos e identificarme con algunos de ellos, y no simplemente decirte que: erEzZ ZupEr wOoOw ih k m nKntan tz ezkritoZ... sin darte una opinión realmente crítica.

Pero tú ya sabes que me encantas.

Inclusive me gustaría que tú también me aconsejaras en mis escritos para poder llegar a ser tan buena como tú.

Te amo pequeño.

|Cy|

Anónimo dijo...

Cada segundo... cada hora, cada mes, cada año, cada eternidad...a tu lado, sin estarlo... me meta, me revive... me renombra... me reinventas... amo odiarte porque aquel amor quizá nunca fue real o quizá lo fue... aunque quezá nunca fui real... buajajaja...

Una Ilusión/

Anónimo dijo...

Odio mis malditos errores de dedo...

Anónimo dijo...

No se ke decir lo lei y re lei 5 veces, simplemente hermosoo!!!!