martes, 19 de agosto de 2014

Escote literario






Los escotes repletos de ausencia
son literarios casi mercenarios.

Se curan con poemas y zumbidos,
cantos y penas, maullidos de poesía
y rugidos de impertinencia.

A veces soy poeta, a veces no,
tan sólo un anacoreta que escribe
acrósticos en la banqueta del deseo,
un tranvía en la parte más abultada
de tu piel.

Al final, en el filo de tu escote
esta el último desvelo en tinta,
el punto final de una rima,
que usa bombín con estrambote.

Que caiga la absurda línea de tela
que esconde ese chorro de piel,
un par de cascadas de carne
empapadas de sombra/ausencia
sin poder florecer.

Escote literario, escote poético,
escote literal y mercenario…

estúpido límite horizontal
que esconde, lo que debe brotar,
así como una tormenta,
libre y natural.

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