jueves, 21 de agosto de 2014

Hay polvo en la ventana







Hay polvo en la ventana de mis ojos,
son estas malditas telarañas
devorando lágrimas de miel,
ahorcando su brillo entre lagañas.

Hay polvo en la ventana de mis manos
y mis dedos enmarañados en arrugas,
no sienten  absolutamente nada
cuando te tienen tendida en la cama,
 vestida de piel.

Polvo fuiste y en polvo te convertiste…

Esta caducidad del deseo es soberbia,
estúpida, mezquina y triste.

Hay polvo en mi alma,
polvo que empaña, ensucia,
que lleva en ristre calma
y el desencanto en esa ecuación,
donde (tú más yo) es igual a nada.

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