jueves, 27 de octubre de 2011

El resplandor magenta de las hadas

El frío de la mañana se me antoja

para darte un abrazo milenario

y perderme en el fuego que se aloja

en tu mansión de besos de canario.


A las barbas del sol les falta el brillo

que hay en tu corazón de relicario.

A las barbas del sol les falta el brillo

de tu mirada azul de mercenario.


Dame un abrazo, dame unos minutos

entre tu corazón y sus latidos.

Quítame el frío otoñal entre tus dedos,


dame aquella mirada endulzada

con los cantos melódicos (y astutos)

del resplandor magenta de las hadas.

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